La mujer, que prefirió no revelar su identidad, contó en Blu Radio que fue reclutada por hombres armados que llegaron a su casa, ubicada en zona rural de Huila, para sacarla de los brazos de sus padres que eran analfabetas.
Ya en el monte, la entonces menor tuvo que presenciar secuestros, asesinatos y hasta tuvo que ver como enterraban a la gente, dijo en la emisora.
“Eso no es fácil de olvidar yo tengo muchas pesadillas, hasta ahora las tengo, a mí nunca se me van a quitar”, manifestó la víctima.
Agregó en su testimonio que apenas llegó al grupo armado recibió un arma, una granada, un par de botas y el camuflado que por 2 años tuvo que portar como integrante de las Farc.
Fue obligada a utilizar su belleza juvenil para engañar más campesinos y llevarlos a la guerrilla; y dentro del grupo armado cuidó a los secuestrados, aseguró en la radio.
“Me acuerdo mucho de una señora secuestrada que yo le decía:’Mire, señora, se puede volar, se puede ir. Si se puede volar por favor venga por mí’. ¿Pero cómo?, ni ella ni nadie [podía escapar]”, declaró.




Durante sus tiempo dentro de la guerrilla, que terminó en 1987, la mujer pasó hambre, tuvo que caminar por más de 18 horas y hasta se llegó a enfermar. No obstante, fue gracias a una enfermedad que le dio en las piernas que logró escapar.
La historia de esta mujer se conoce apenas unos días después de que la hoy senadora Griselda Lobo, exintegrante de las Farc que se acogió al acuerdo de paz, negara los reclutamientos que hacía esa guerrilla, al igual que lo hizo el director del hoy partido Farc, Rodrigo Londoño, que en el grupo armado se apodaba ‘Timochenko’.
Sin embargo, actualmente la Jurisdicción Especial para la Paz tiene un caso sobre reclutamiento, por el que los desmovilizados que se ampararon en el acuerdo de paz deben responder.