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El 13 de noviembre de 1985 marcó un antes y un después en la historia de Colombia con la erupción del volcán Nevado del Ruiz. El desastre natural desató una avalancha que arrasó el municipio de Armero, donde residían alrededor de 29.000 personas. Según datos compartidos por Médicos Sin Fronteras (MSF) a LA PATRIA de Manizales, cerca de 23.000 habitantes perdieron la vida tras el paso de 30 millones de metros cúbicos de lodo y piedras, en una de las tragedias más devastadoras que ha enfrentado el país. MSF, organización médico-humanitaria internacional fundada en 1971, fue una de las primeras entidades en acudir al lugar apenas dos días después del suceso, trayendo consigo 22 toneladas de suministros médicos y materiales para albergue.
Durante los meses posteriores a la tragedia, MSF trabajó intensamente junto a autoridades locales para brindar atención primaria en salud, logística y apoyo en salud mental. El boletín de MSF destaca que, al inicio, el principal reto era rescatar a quienes habían quedado atrapados bajo el lodo, muchos gravemente heridos y con riesgo inminente de muerte. Para facilitar estas labores, se pidió la llegada de aerolanzadores—grandes equipos capaces de remover el lodo—provenientes de Francia e Inglaterra, aunque el uso de estas máquinas se vio limitado por las condiciones del terreno y las temperaturas, lo que complicó aún más el rescate.
Pierre-Marie, coordinador logístico de MSF, relató cómo la experiencia previa en emergencias en países como Líbano, Chad y El Salvador, le permitió aportar en la organización de la ayuda en Armero. Resaltó la urgencia de suministrar tratamientos para la gangrena gaseosa, una complicación médica frecuente tras heridas expuestas al lodo, y la importancia de cubrir rápidamente hospitales cercanos como el de Mariquita. Muchos pacientes, incluidos niños y adultos mayores, luchaban por salir del lodo, y la situación se agravaba por la magnitud del desastre y el alto número de desaparecidos y desplazados.
MSF se quedó en Armero y municipios cercanos como Lérida y Mariquita durante un año, apoyando a la reconstrucción de hospitales, puestos de salud y condiciones dignas de albergue. Tras superar la etapa más difícil de la emergencia, la organización extendió su análisis de necesidades médicas a otros departamentos del país, como Chocó, reafirmando su compromiso con las poblaciones más vulnerables de Colombia.
En las últimas cuatro décadas, MSF ha alcanzado la realización de 51 proyectos en zonas rurales y urbanas del país, atendiendo emergencias como el terremoto de Armenia en 1999, que destruyó más de 35.000 viviendas y dejó al menos 1.185 fallecidos. De acuerdo con un reporte de El Tiempo del 28 de enero de ese año, MSF fue una de las primeras organizaciones en llegar, aportando personal especializado y donaciones de medicamentos vitales. Además, durante nueve meses, ofreció atención en salud primaria, cirugía, agua y saneamiento, así como salud mental.
MSF también ha acompañado a comunidades afectadas por el conflicto armado y la violencia, implementando más de 30 iniciativas en departamentos como Antioquia, Chocó y Tolima. Entre 2003 y 2013, atendió a víctimas del conflicto en la región del Catatumbo, incluso durante brotes graves de fiebre amarilla. En ciudades como Buenaventura y Tumaco, la organización respondió tanto a violencia urbana como a emergencias sanitarias como la tuberculosis en 2010 o la pandemia de COVID-19 en 2020, cuando brindó respaldo a hospitales en zonas de difícil acceso.
Según Nancy Guerrero Castillo, directora de MSF para América del Sur, el trabajo de la organización en Colombia ha sido constante e independiente desde 1985. MSF sigue activa en regiones como Catatumbo y Arauca, buscando siempre salvaguardar la vida y los derechos de las comunidades vulnerables, e impulsando la denuncia de vacíos en la atención en salud y la protección de la población civil en contextos de conflicto.
¿Cuál ha sido el aporte principal de Médicos Sin Fronteras en situaciones de emergencia en Colombia?
El papel de Médicos Sin Fronteras en Colombia ha sido crucial en momentos de catástrofes naturales y de crisis humanitarias asociadas al conflicto y la violencia. Esta organización médico-humanitaria internacional se ha destacado por su rápida respuesta ante emergencias, su apoyo a las instituciones locales y su acompañamiento a comunidades marginadas.
El aporte de MSF se traduce en la atención integral de salud, la reconstrucción de redes médicas y la denuncia de falencias en la protección civil. Su labor permite entender el alcance del apoyo internacional y la importancia de actuar con neutralidad y humanidad ante el sufrimiento producido por desastres y conflictos.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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