El sujeto cometió el homicidio y sacó el cuerpo en bolsas, posteriormente limpió y arregló el inmueble para que no hubiera sospecha de lo que había pasado.

Sin embargo, los agentes del CTI inspeccionaron la vivienda para buscar pruebas que los llevaran a resolver el caso, pese a que aparentemente todo estaba en su sitio.

No obstante, una cortina desacomodada encendió las alarmas y con ayuda de las luces forenses se descubrió que el crimen se había cometido en ese lugar.

Jonathan Torres, asesino de psicóloga Adriana Pinzón, dejó pruebas ‘invisibles’

En un reportaje de Noticias RCN se publicaron fotografías en las que se ven manchas de sangre que el hombre creyó haber limpiado y que ratificarían la hipótesis de que hubo violencia desmedida, pues el cuerpo apareció con 11 heridas.

Las manchas estaban en cortinas, paredes y rincones en donde Torres asumió que no se necesitaba limpiar más.

Al respecto, Yefrin Garavito, investigador criminal del caso, explicó ante el medio: “Las manchas de sangre no se observan a simple vista porque fueron borradas o lavadas por la persona que cometió la conducta”.

Y agregó sobre la cortina desacomodada: “Alguien cayó contra la cortina e hizo que esta se estirara, y no fue arreglada por quien la manipuló”.

Sobre los rincones apuntó: “En el piso, encontramos manchas en las juntas [rincones], lugar en el que es más posible que queden si hubo alguien que hizo la limpieza”.

Fue así como el investigador concluyó que no se trató de un impulso y que todo fue “totalmente planeado y pensado”.

Entre tanto, Jonathan Torres, que confesó el crimen, aunque con varias versiones, se encuentra detenido esperando que concluya la investigación y su respectiva condena.

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Acá, las imágenes de la sangre detectada con la luz forense:

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