
Una noticia que ha causado estupor en el ‘jet set’ colombiano es la condena del reconocido ganadero Felipe Rocha, integrante de una distinguida familia dedicada a la cría de toros de lidia en la hacienda Achury Viejo. Recientemente, Rocha fue sentenciado a seis años de cárcel por su involucramiento en una estafa piramidal de captación masiva de dinero, un suceso que ha dejado a numerosos inversionistas notoriamente perjudicados, como informó El Tiempo.
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El engaño perpetrado por Rocha esgrimía la promesa de cuantiosos rendimientos provenientes de la actividad ganadera en las tierras familiares, lo cual, para su desilusión, resultó falso. “Inversionistas, amas de casa, exreinas de belleza, todos cayeron en la trampa,” informó El Tiempo. Entre los defraudados más representativos se encuentran personalidades como el empresario Felipe Páez Molano y Álvaro José Fuentes Gutiérrez, por mencionar algunos. En total son 69 personass a las que se les hizo una notificación.
Una luz al final del túnel parece haberse vislumbrado para las víctimas. Según la Superintendencia de Sociedades de Colombia, está en marcha la distribución de los remanentes de la fortuna de Rocha, conseguidos luego de la venta de un lujoso predio cifrado en 18.433 millones de pesos. Con este proceso buscan resarcir a las víctimas, devolviéndoles una porción de los recursos captados y que aún yacen en un fideicomiso, de acuerdo con el rotativo.




Esta noticia ha ocasionado diferentes reacciones; algunos consideran que la acción representa un avance significativo en la reparación económica, pero también subrayan que nunca se llegará a conocer la dimensión real de los recursos captados, debido a ciertas inversiones que no se reclamaron por motivos fiscales, según el informe periodístico.
A pesar de todo, con el inicio de este proceso, Felipe Rocha se siente a paz y salvo en el plano administrativo y vislumbra la posibilidad de obtener su libertad en los meses próximos, lo que algunos consideran injusto. Sin embargo, la herida abierta en la sociedad por este caso sienta un precedente y pone de manifiesto la sensibilidad de la sociedad frente a delitos financieros de envergadura, de acuerdo con el impreso.
En opinión de la Fiscalía y la Superintendencia de Sociedades, aunque esta devolución no cubre exactamente la totalidad de la inversión ni el perjuicio causado, es un paso crucial para solucionar un caso que conmociona a la sociedad y expone la vulnerabilidad frente a este tipo de delitos financieros en las élites colombianas.
Sin duda, el episodio ha manchado la reputación de uno de los emblemáticos símbolos de prestigio de la sociedad colombiana, como es la hacienda Achury Viejo, y ha dejado una fuerte lección a los inversionistas, quienes deberán ser más cautelosos a la hora de realizar sus inversiones, especialmente cuando provienen de fuentes no convencionales.
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