Los nombres de los conocidos presentadores Carlos Calero y Agmeth Escaf (también representante a la Cámara), se han visto comprometidos por un tema que, de entrada, parece lejano a ellos: el escándalo de corrupción que se teje al interior de la Unidad Nacional de Protección (UNP).

En las últimas semanas, Augusto Rodríguez, director de la UNP, ha venido denunciado el entramado que recubre la entidad que dirige desde hace apenas unos meses. Uso ilegal de vehículos que hacen parte de los esquemas de protección, transporte delincuencial de convictos fugados (como alias Matamba), y transporte de drogas, son apenas algunas de las situaciones en las que se ha visto involucrada la unidad, y que ha destapado el funcionario.

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Rodríguez aclaró el tema de Manuel Antonio Castañeda, expolicía que cayó con más de 100 paquetes de cocaína en un carro de la UNP, en un retén rutinario de la Policía, en Cauca. Carlos Calero y Agmeth Escaf llevan 24 horas en el centro de un remolino de cuestionamientos por el presunto vínculo que estableció la Unidad Investigativa de El Tiempo entre ellos y Castañeda, de quien el 13 de diciembre se supo que iría a la cárcel.

Si bien el presentador y el representante a la Cámara negaron abogar por Castañeda, El Espectador habló con el director de la UNP para conocer su versión sobre esa información.

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¿Puede confirmar si en esta última ocasión Manuel Antonio Castañeda llegó a la UNP por medio de Carlos Calero y/o Agmeth Escaf?

“No es cierto que el señor Manuel Antonio Castañeda haya llegado en la última oportunidad a la UNP por conducto del señor Calero o del representante a la Cámara Agmeth Escaf. Castañeda ingresó en el último año a la UNP en ocho ocasiones. Como lo he dicho, las primeras cinco veces vino a visitar al señor Ronald Rodríguez. Eso fue hasta antes de la posesión del presidente Gustavo Petro (que tuvo lugar el pasado 7 de agosto). La ocasión es que por conducto Agmeth Escaf o de Carlos Calero hubo alguna intervención para que fuera escuchado”.

¿Cuándo ocurrió eso?

“En la sexta ocasión. Eso tuvo como fecha el 1 de noviembre”.

Pero en esa intervención que usted menciona en favor de Castañeda, ¿alguno de los dos representantes abogó para que se le subiera el puntaje de 52 a 56 para lograr mayor protección?

“Esa afirmación no es exacta. Yo recibí una llamada en alguna oportunidad, por parte del representante Agmeth Escaf, que quería información sobre la terminación de la implementación de su esquema de seguridad, que estaba incompleto. Trasladé esa llamada para que la atendiera nuestro subdirector de protección (e), Luis Eduardo Saavedra Ramírez”.

(Vea también: “No van a responder”: dueña de Toyota llena de cocaína se queja por retención de camioneta)

Solo para quedar claros, ¿estarían, o no, involucrados Calero y Escaf en la red de corrupción que usted mismo ha ido denunciando?

“De ninguna manera están involucrados. La dirección recibe con frecuencia llamadas humanitarias de personas, congresistas, sindicalistas, líderes, anunciando que otros están en riesgo y que hay inminencia de que les puedan matar. Solicitan que estemos atentos a sus medidas. Esta fue una más de las que a diario recibo por docenas”.

¿Qué ocurrió en esa llamada entre Escaf y Saavedra?

“Allí lo que sencillamente ocurrió es que el representante Escaf le dijo al subdirector que tenía un amigo, de nombre Carlos Calero, quien a su vez conocía a alguien que era una víctima de desplazamiento y que estaba corriendo grave riesgo. Entonces, que si lo podría escuchar. El subdirector aceptó y le transmitió su número telefónico a Calero. En ningún momento se habló de subir puntajes de 52 a 56. Es más, el señor Manuel Castañeda, nunca tuvo un puntaje de 52, sino de 50.5. Con ese puntaje se le dio una protección que consistió en un chaleco y un botón de pánico”.

¿Entonces tuvo que ver con malos manejos al interior de la UNP, por parte de funcionarios públicos, algo ajeno a los dos presentadores?

“No. Como le digo, el señor Calero solicitó que se atendiera a un amigo de él que era víctima de desplazamiento. En esa ocasión, narró que tenía problemas de seguridad, por lo cual el subdirector de protección le indicó cómo era el procedimiento para realizar la valoración y cómo se tomaban las medidas de protección. De esa manera, no había ninguna posibilidad [de que se le dieran otras medidas], a no ser que volviera a solicitar más adelante una reevaluación del riesgo”.