Un caso que ha conmocionado a la opinión pública en Colombia involucra a Excehomo Pabón Amaya, conocido como alias Morocho. La Fiscalía General de la Nación identificó a este hombre como el presunto responsable detrás de uno de los crímenes más atroces registrados recientemente en el país: el asesinato de ocho líderes religiosos en el municipio de Calamar, ubicado en el occidente del Guaviare. De acuerdo con la información divulgada por la Fiscalía y recogida por Crónica del Quindío, Pabón Amaya enfrenta acusaciones formales por los delitos de concierto para delinquir agravado, desaparición forzada, homicidio agravado y porte ilegal de armas. Sin embargo, el procesado no aceptó ninguno de los cargos presentados en su contra.
El caso ha ganado notoriedad por la brutalidad de los hechos y el contexto en el que se produjeron. Según la investigación, Pabón Amaya, en compañía de otros presuntos miembros del frente Armando Ríos del Estado Mayor Central (EMC)—la facción disidente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) más grande en la actualidad—movilizó y retuvo a siete de las ocho víctimas en los primeros días de abril. Los capturados eran líderes religiosos que, por razones aún bajo investigación, fueron señalados erróneamente como integrantes de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), lo que desencadenó su trágico destino.
El desarrollo de los hechos revela una serie de acciones meticulosamente planificadas y llevadas a cabo con extrema violencia. Las víctimas fueron trasladadas a un predio donde fueron fotografiadas y sometidas a un interrogatorio por parte de los hombres armados. Más tarde, los líderes religiosos, amarrados con cuerdas y cadenas, fueron llevados a una zona selvática. Allí, según la Fiscalía, fueron ejecutados a quemarropa y posteriormente sepultados en una fosa común, con el aparente propósito de dificultar su hallazgo.
El hallazgo de los cuerpos ocurrió en julio, varios meses después de la desaparición de las víctimas, lo que añadió mayor dolor y consternación entre las comunidades afectadas y los familiares. Los ocho líderes religiosos han sido identificados como Jesús Valero, Carlos Valero, Marivel Silva, Isaid Gómez, Maryuri Hérnandez, Óscar Hernández, James Caicedo y Nixon Peñaloza Chacón. Todos ellos ejercían liderazgo espiritual en la región, y su asesinato representa una significativa pérdida para la sociedad guaviarense.
Este caso ha sido seguido de cerca por medios de comunicación como Crónica del Quindío, que destaca tanto la dimensión humana de las víctimas como la complejidad del conflicto armado en regiones donde subsisten estructuras criminales. La investigación avanza bajo el escrutinio de la Fiscalía, en medio de una sociedad que exige verdad y justicia mientras las autoridades buscan dilucidar todos los detalles del crimen y el destino de los responsables.
¿Qué es el Estado Mayor Central (EMC) y cuál es su papel en el conflicto actual?
Esta pregunta surge debido a la referencia al EMC en el contexto del asesinato de los líderes religiosos en Guaviare. El conocimiento sobre el EMC permite comprender mejor los actores involucrados y las motivaciones detrás de hechos violentos como este.
El EMC, o Estado Mayor Central de las antiguas FARC, corresponde a una de las mayores estructuras disidentes que se mantuvieron armadas tras la firma del acuerdo de paz en Colombia. Si bien el texto señala su papel como la disidencia mayoritario de las FARC, su accionar en varias regiones del país continua generando profundas afectaciones en la población civil y es motivo de atención permanente por parte de la Fiscalía y fuerzas de seguridad.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
* Pulzo.com se escribe con Z
LO ÚLTIMO