La empresa Carvajal Información SAS no reintegrará a su cargo, ni le pagará un solo peso por concepto de indemnización al exgerente Marcos Cuello Manjarrés, quien acudió a la justicia luego de que en 2012 lo despidieran.  Una investigación disciplinaria interna demostró que se gastó 2′550.000 de pesos de bonos para empleados, en un curioso regalo para sus clientes: boletas de fútbol.

Por orden de la Corte Suprema de Justicia, la controversia entre Cuello Manjarrés y Carvajal Información SAS quedó saldada. Una buena noticia para la organización, pues en dos instancias anteriores, la última en 2013, la justicia había determinado el pago de casi 700 millones de pesos a favor del exgerente, quien había denunciado un despido injusto por un acto que, consideró, era de buena fe.

(Le puede interesar: Árbitros de fútbol colombiano hacían señas para mostrar si partido era amañado)

Cuello Manjarrés llevaba más de cuatro décadas en la empresa cuando optó por las vías legales. Una carrera envidiable, pues empezó como mensajero cobrador y terminó como el gerente de la zona costa de la organización, con un sueldo que tenía sus buenos ceros a la derecha. Como estrategia comercial, consideró que podría utilizar a su manera los bonos que sus empleados ganaban como premio a su buen rendimiento y para ser intercambiados por comida o ropa.

El protagonista del caso explicó que, en una idea innovadora, podría convertir los bonos en entradas para que dos clientes ‘VIP’ de la empresa pudiesen asistir a un partido de fútbol. En este caso, el empate 1 a 1 entre Colombia y Venezuela por la fecha 3 de las eliminatorias sudamericanas al Mundial de Brasil 2014. Un regalo excepcional, pues cada boleta costó más de 1′250.000 pesos.

(Lea también: JEP rechazó carta clave a presunto asesino en caso Surtifruver: otra vez irá a la cárcel)

En diligencia de descargos, el 7 de enero de 2012, Cuello Manjarrés explicó: “Dado la situación apretada que teníamos para el cierre de la meta, se me propuso por parte de los gerentes y jefes de ventas, el utilizar unos bonos que teníamos en caja para la compra de boletas para el partido de la eliminatoria del mundial de fútbol. Dado que teníamos esos bonos y buscando un mejor resultado de las ventas, yo aprobé la compra de esas boletas con los bonos”.

Carvajal Información lo despidió en 2012, argumentando justa causa y una indebida utilización de los bonos presupuestados para los mejores empleados y que terminaron en el entretenimiento de dos clientes. En el proceso de investigación, la empresa, incluso, concluyó que Cuello Manjarrés invitó a los mismos empleados a firmar comprobantes en los que indicaran que sí habían recibido bonificaciones. Los trabajadores testificaron que se sintieron intimidados por la posición de poder de Cuello.

Lee También

Un Juzgado de Barranquilla y el Tribunal Superior de esa ciudad, en 2013, le dieron la razón a Cuello Manjarrés, y ordenaron una indemnización por casi 700 millones de pesps, por el salario que dejó de recibir tras ser despedido. El Tribunal consideró que no era para tanto, pues si bien la conducta podría ser vista como una falta, no es una violación tan grave como para terminar el vínculo contractual. Muchos menos cuando el gerente escaló por 34 años hasta ocupar su último cargo.

Sin embargo, la Corte Suprema consideró que se trató de un acto de deslealtad suficientemente grave, tras “pasar por encima del derecho de sus compañeros de trabajo a obtener unos beneficios”. Así las cosas, Cuello Manjarrés se quedó sin indemnización y su hoja de vida quedará marcada por un caso que llegó al máximo tribunal de la justicia laboral en Colombia. Sus clientes VIP, por su parte, fueron premiados por Carvajal Información y castigados con un frío empate en el Estado Metropolitano Barranquilla.