Por: El Colombiano

El Colombiano es un grupo editorial multiplataforma con más de 110 años de existencia. Nació en la ciudad de Medellín en Antioquia. Fundado el 6 de febrero de 1912 por Francisco de Paula Pérez, se ha especializado en la investigación y generación de contenidos periodísticos para diferentes plataformas en las que provee a las audiencias de piezas mult...

Este artículo fue curado por Gustavo Arbelaez   Jul 9, 2023 - 7:48 am
Visitar sitio

Juan Camilo Restrepo, exjefe negociador del gobierno de Juan Manuel Santos con el Eln entre octubre de 2016 y enero de 2018, dio su opinión sobre este proceso de paz entre esta guerrilla y el gobierno actual.

Restrepo reconoce que el grupo llegó “más fuerte” y con “más capacidad de daño” de lo que antes y advierte que arrancar un cese al fuego en medio de improvisaciones puede ser perjudicial para las negociaciones y la paz total.

Además de ser uno de los hombres que más conoce al Eln y el conflicto armado en el país, Restrepo también sabe cómo funciona el poder de cerca: es abogado, economista y político, y ha ocupado embajadas y los ministerios de Hacienda, Agricultura y Minas.

(Vea también: Marbelle trató de “viejo hi…” al ministro de Defensa y hasta le dio bombo a su insulto)

La guerrilla asesinó policías y secuestró una militar a escasas horas de arrancar el cese. Luego la liberó junto a sus dos hijos este viernes. ¿Qué pretende el Eln con esos movimientos?

“Esa es una maniobra de ellos. Siempre que se aproxima el momento de algún acontecimiento en los procesos de paz, en las vísperas, comienzan gestos de fuerza, secuestros, atentados, para mostrar fortaleza en la Mesa de Negociaciones. Luego hacen esto de liberar a la sargento del Ejército como un gesto de benevolencia, que no lo es. Esto no es más que una patraña publicitaria del Eln, muy usual en él”.

¿Fue algo premeditado?

“Sí. Es algo habitual en ellos actuar de esa manera. Como decía, siempre hacen estos gestos de fuerza, estos desplantes, para mostrar fortaleza, cosa que no logran porque generan más molestias entre la comunidad. Pero esa es la manera de pensar de ellos, creen que así se hacen fuertes contra la contraparte en la Mesa de Negociaciones”.

Respecto a la línea de mando del Eln, Otty Patiño da la impresión de que no hay comunicación directa entre los que negocian y los que están armados. ¿Cómo analiza esa situación?

“La analizo de la siguiente manera. Ellos son evidentemente un grupo muy federal. No tienen una unidad de mando muy férrea como si la tenían las Farc. Entonces, lo que van a hacer ahora, lo que aceptaron que hicieran en la mesa de La Habana, es que vayan los jefes del Eln a los diversos frentes a explicarles a los jefes de allá qué es lo que han firmado, qué es lo que han acordado, a hacer pedagogía.

Eso ya lo ha hecho en otras ocasiones el Eln, pero muestra evidentemente que los que están negociando en la Mesa no tienen las capacidades de decisión inmediata como sí la tenían las Farc. Y esto es, sobre todo, evidente en los frentes del Oriente y del Chocó, que son los más díscolos y los que más requieren de explicaciones por los negociadores del Comando Central”.

(Lea también: “Un proyecto de vida para jóvenes”: Eln soltó repudiable perla sobre entrar a guerrilla)

¿Y qué tanto dificulta esa estructura las negociaciones?

“Eso hace muchísimo más difícil el cese al fuego y la negociación completa. Mucho más que con las Farc. Pero esa es la condición del Eln y no se puede pretender que sea de otra manera”.

Precisamente hablando de esas comparaciones, el Eln que hoy está sentado en esta Mesa con el presidente Gustavo Petro, ¿qué tan diferente es al que se sentó a negociar en su momento con usted en el gobierno de Juan Manuel Santos?

“Este es un Eln mucho más fortalecido. No hay tal como dijo el gobierno de Iván Duque que llegaba disminuido. El Eln tiene más de 5.000 personas, entre las que tiene en los frentes urbanos y en las zonas rurales, con una inmensa capacidad de daño, con una inmensa financiación, con la protección de Venezuela.

Esto lo hace un contendiente en la negociación muy difícil y muy complejo. Y esto lleva además a que haya que entender que lo que estamos viendo es apenas el inicio del comienzo. De aquí a que lleguemos al momento en que se vayan a hacer las negociaciones finales, va a pasar mucho tiempo”.

¿Cuánto, más o menos?

“Va a pasar por lo menos año y medio o dos años. De manera que estamos presenciando solo el comienzo de una negociación. No hay que tener falsas expectativas al respecto”.

¿Qué opina usted de que el cese al fuego se plantee justo empezando esa negociación y no en el medio o ya acercándose a puntos concretos como lo que planteaba el gobierno Santos?

“Pues si el cese funciona bien, que es algo que todavía no sabemos si va a pasar porque lleva muy poco, puede crear un clima de tranquilidad en las negociaciones. Pero como las negociaciones son largas, eso quiere decir que ese clima habría que mantenerlo durante un año y medio o dos años con el Eln, con varias prórrogas del cese al fuego. Puede ser que eso ayude a tranquilizar las negociaciones, pero es una gran incógnita que no la sabemos todavía si se cumplirá”.

¿Se corre el riesgo de desgastar ese mecanismo implementándolo desde ya?, ¿o de todas maneras sí puede ser acertado por lo que me dice que puede ayudar a calmar la mesa y hacer que avancen más rápido?

“Puede ser útil, pero no hay que sobredimensionar que las negociaciones sobre temas de fondo no las va a lograr el cese al fuego. Las negociaciones de fondo sobre los temas estructurales que están en la agenda, que se convino en México, están todavía muy lejos.

El cese al fuego puede ayudar a crear un clima de tranquilidad, pero no es donde se cocinan los requerimientos de fondo que seguramente el Eln va a exigirle a la Mesa de Negociaciones”.

(Puede leer: Gobierno arremetió contra el Eln por secuestro de sargento: “Tienen actitudes bipolares”)

Entiendo que este es un cese inédito por sus formas y sus tiempos, pero hubo uno largo durante el gobierno Santos. ¿Cuál es ese antecedente y cómo les fue cumpliéndolo?

“Sí, hubo uno. Fue un cese al fuego bilateral de 101 días. Fue entre 2017 y 2018, en los momentos en que el Papa Francisco visitó Colombia. Tuvo verificación internacional, tuvo veedores, y todas las evaluaciones que hicieron estos veedores internacionales indicaron que resultó en líneas generales bien cumplido ese cese al fuego.

Y además tuvo la característica de que fue el primer documento que jamás había firmado el Eln con el Estado colombiano”.

Y se terminó por la llegada del gobierno de Iván Duque…

“Sí, cursados esos 101 días ya estábamos a finales del gobierno Santos. Luego llegó el gobierno Duque, vino el atentado torpe del Eln a la Escuela de Cadetes de la Policía en el que hubo 27 muertos y el gobierno Duque dio por terminadas todas las negociaciones con el Eln. Ahí hubo un paréntesis que hasta ahora se está volviendo a abrir”.

Pero, si esa vez acataron el cese, ¿también hay referentes para demostrar que los frentes pueden acatar esas órdenes?

“Sí, eso es cierto. Las Naciones Unidas, que era una de las verificadoras, determinó que en esos días hubo un par de infracciones de ambos lados, pero que en líneas generales sí se cumplió satisfactoriamente ese cese”.

Le pregunto ahora por ese cese al fuego puntual que decretó Petro desde el 5 de julio. Hay ambigüedad sobre si se permiten cosas como el secuestro. ¿Cómo lo analiza usted?

“El secuestro está prohibido haya o no haya cese al fuego. Está prohibido a los grupos alzados en armas desde el hecho mismo en que se sienten a negociar con un Estado legítimo. Así quedó convenido en los protocolos de Ginebra de 1977. De manera que para que haya la prohibición del secuestro no se necesita un cese al fuego, sino que se requiere es el respeto al Derecho Internacional Humanitario, que el Gobierno le debe recabar y exigir en la Mesa”.

(Lea más: Eln dice que financiación de combatientes va en serio y ya se puso sobre mesa de diálogo)

¿Pero, le da la impresión de que esas líneas rojas no están del todo claras?

“Tal cual. Este cese al fuego lo que se ve es que es algo nuevamente muy improvisado, como lo han sido casi todas las cosas que hemos venido sabiendo de la llamada política de paz total. Una gran improvisación.

Esta es la hora en que no se han designado los 20 observadores de base sobre el terreno que están previstos. Esta es la hora en que no se han publicado los protocolos, donde está la serie de compromisos que de parte y parte se adquieren.

Lo que ha habido hasta el momento es un decreto y una manifestación de que las acciones ofensivas del Ejército hacia el Eln y del Eln hacia el Ejército entran como en una especie de pausa.

Pero el cese al fuego como tal, que es un mecanismo de muy fina orfebrería y muy complejo, no se ha visto bien organizado. Yo lo veo bastante improvisado, como los otros ceses al fuego que ha anunciado el Gobierno con los otros grupos narco-criminales con los cuales se está negociando”.

(Lea más: Petro salió a proteger a su ministro de Defensa echando agua sucia a otros gobiernos)

De esos cinco ceses al fuego que Petro firmó en diciembre, ninguno triunfó, ¿qué es lo que le faltó al Gobierno?, ¿cuál es el mayor error que usted ve ahí además de la improvisación de la que habla?

“Al Gobierno le ha sobrado hablar tanto y le ha faltado hablar menos. Y le ha faltado actuar más, reglamentar más, trabajar más previamente. Porque esta paz total de la cual con el Eln es un capítulo, pero no es del todo, se está haciendo a punta de micrófonos.

Ya Petro dice una cosa, Antonio García le revira y dice otra cosa, miembros de la Comisión Negociadora sin ser jefes también hablan, como José Félix Lafaurie.

En fin, y todo el mundo opina, pero ¿quién está sentado con los mandos militares especialistas en cese al fuego?, ¿dónde están los protocolos?, ¿ya llamaron a los observadores de las Naciones Unidas?, ¿a la Iglesia?, ¿ya fueron a las parroquias donde se van a instalar?

Nada de eso, que al menos se sepa, se ha hecho. Se anuncia primero y se hace después. Debía ser al revés, se hacen las cosas bien hechas en discreción, ya cuando estén listas y organizadas se anuncia. Aquí el orden de los factores se ha trastocado. Y yo creo que ahí es donde nace ese germen de improvisación y por eso se han caído esos ceses al fuego, que no es que se le hayan caído al Gobierno, se le han caído es a la paz del país”.

¿Está de acuerdo con decretar esos ceses bilaterales con grupos que no son de carácter rebelde, sino narco paramilitares?

“Pues sí, todo lo que se haga en busca de la paz es plausible, pero no de cualquier manera”.

¿Y usted cree que, dada esa improvisación y con tantos grupos al mismo tiempo, hay muchas probabilidades de fracaso o todavía tiene la esperanza de que vaya bien a esa paz total?

“Yo guardo la esperanza de que la paz termine arando camino, pero por lo que se ha visto en estas semanas, las probabilidades de fracaso son muchas. Y no solo probabilidades, ya hechos de fracasos. Yo creo que esta política de la paz total está haciendo agua”.

Dentro de la paz total también está la implementación del Acuerdo de Paz con las extintas Farc, ¿cómo ve eso?

“Los informes muestran que va a regular la implementación. Que en el tema agrario va muy mal, muy lento. A pesar de que el Gobierno ha dicho que él suscribe el acuerdo de La Habana y que se dispone a implementarlo. Pero lo cierto es que también hoy está la noticia, apenas han cumplido 1,6% de la adquisición de tierras. Es uno de los puntos centrales de los acuerdos que pasan en el tema agrario”.

¿Pero cree que es falta también de voluntad política o es meramente desorden?

“Voluntad política dicen tenerla. Creo que es desorden, que es desgobierno, que es financiación y descuido en toda la parte administrativa.

Es decir, estos temas que pasan son unos temas muy dedicados, que implican muy buena organización. Además de la discreción que les debe ser propia, requieren de una carpintería y de una gerencia muy meticulosa y muy elaborada. Y creo que en eso es que está fallando este Gobierno”.

Lee También

Cierro con esto, ¿qué tiene que tener en cuenta el Gobierno para que tanto la negociación con el Eln como el resto de la paz total salga bien?

“Más discreción y gerencia, que creo que es lo que le está faltando a este proceso de paz. Hablan mucho y preparan y hacen muy poco como gerentes de la paz. No, más de eso”.

Imprudencia: la constante en tres hombres claves de la paz total

El exjefe negociador del Gobierno Santos conoce de cerca el trabajo de tres hombres claves para la paz total y el cese al fuego.

El encargado de esa paz total que usted ve débil es el comisionado Danilo Rueda. Algunos lo ven colapsado de tareas o mal ubicado, ¿cómo lo ve usted?

“Lo veo muy colapsado, lo veo en demasiados frentes, lo veo abrumado, lo veo a veces dando bandazos.

Hoy por ejemplo está tratando de explicar o de darnos noticias si se murió o no se murió Márquez, mientras los grandes temas, los protocolos de la paz, estos ceses al fuego siguen sin divulgarse”.

Y sobre los jefes de la Mesa: Otty Patiño y Pablo Beltrán…

“Pues, no sé. Deben gozar de la confianza de sus jefes. Por eso están allí, el uno del Comando Central y el otro del Gobierno Nacional. Pero lo que los veo es rodeados de una gran imprudencia de todo el mundo que los rodea. Por Beltrán sale a hablar cada rato es Antonio García. Por Otty Patiño sale a hablar Lafaurie, sale a hablar el uno, sale a hablar el otro.

El jefe de una mesa de negociación tiene que tener que decir la última palabra en el momento adecuado. No puede estar rodeado de unas voces antisonantes que le quitan el liderazgo natural que debe tener un jefe de una delegación de una mesa de paz.

Usted se sentó a negociar en su momento también con Beltrán, ¿Lo ve en el mismo tono?, ¿cuál es el perfil de él?

“Sí, lo veo igual. Él es una persona muy calmada, no es altisonante, nunca subirá la voz. Es el negociador que está allí designado por el Eln para presidir la delegación en esas mesas y esa confianza es importante. Pero sí, yo creo que es básicamente una delegación muy similar a la que tuvimos nosotros en Ecuador”.

Lee todas las noticias de nación hoy aquí.