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Este artículo fue curado por pulzo   Oct 8, 2025 - 7:00 pm
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En el informe recientemente publicado por El Espectador, se analiza la situación del transporte público en Bogotá a partir de los datos proporcionados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). Este organismo revela que más del 60% de los habitantes utilizan a diario el Sistema Integrado de Transporte Público, conocido como SITP, y TransMilenio, la red de buses articulados de la ciudad. La alta demanda de estos sistemas pone en evidencia la importancia de la movilidad colectiva para los bogotanos, así como los retos que enfrenta en temas como calidad, frecuencia y seguridad.

De acuerdo con los resultados de la más reciente Encuesta de Movilidad, los ciudadanos perciben dificultades en el servicio, especialmente durante las horas pico, cuando el hacinamiento, los retrasos y las fallas mecánicas afectan significativamente la experiencia de viaje. El medio El Espectador señala que estos factores han provocado descontento y una percepción negativa entre los usuarios. Además, se hace hincapié en los frecuentes retrasos, que afectan particularmente a los pasajeros que viven en zonas periféricas de la ciudad.

Por otra parte, el informe indica que aunque se han realizado esfuerzos por implementar nuevas rutas y modernizar la flota de buses, aún persisten problemas estructurales. El uso de buses eléctricos es presentado como un avance hacia la sostenibilidad, sin embargo, todavía es reducido en relación con la magnitud de la demanda diaria. La apuesta por la movilidad sostenible está en marcha, pero los desafíos técnicos y presupuestales limitan el ritmo de transformación que requiere una ciudad del tamaño de Bogotá.

El DANE también destaca en su análisis que los usuarios reclaman mayor inversión en infraestructura y mejores condiciones de accesibilidad para personas con discapacidad. Según este mismo informe referenciado en El Espectador, iniciativas orientadas a mejorar el servicio han tenido avances, pero la satisfacción generalizada aún no se alcanza. Los usuarios esperan mejoras visibles y sostenibles, considerando que el transporte público constituye una de las columnas vertebrales para la movilidad urbana y la cohesión social de la capital.

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Ante este panorama, autoridades y operadores del sistema enfrentan el desafío permanente de responder a las expectativas ciudadanas, sin descuidar la sostenibilidad financiera ni los compromisos ambientales. El equilibrio entre eficiencia, escalabilidad y accesibilidad determinará el futuro inmediato del transporte público en Bogotá.

¿De qué manera impacta la modernización de la flota del SITP en la calidad del servicio?
La modernización de la flota del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP) es un tema recurrente en la discusión sobre la movilidad en Bogotá, tal como lo resalta el análisis de El Espectador basado en cifras del DANE. La introducción de buses nuevos, especialmente aquellos con tecnología eléctrica, constituye un avance que apunta tanto a la reducción de emisiones contaminantes como a la mejora del confort de los pasajeros.
No obstante, según lo informado, el impacto todavía es limitado, ya que el número de vehículos eléctricos no corresponde a la magnitud de la demanda. El equilibrio entre la cantidad de unidades modernas y las necesidades diarias de movilidad continúa siendo un reto para las autoridades. Por el momento, la modernización contribuye a incrementar la satisfacción de algunos usuarios, pero la percepción generalizada de calidad aún depende de factores como la frecuencia y el mantenimiento de los vehículos.

¿Qué significa movilidad sostenible en el contexto de Bogotá?
La movilidad sostenible hace referencia a sistemas de transporte que puedan responder a las necesidades actuales sin comprometer el bienestar de las generaciones futuras, reduciendo impactos negativos en el medioambiente. En el caso de Bogotá, El Espectador y los datos del DANE muestran que avances como la implementación de buses eléctricos son pasos hacia ese objetivo.
A pesar de estas iniciativas, el desafío sigue siendo considerable debido al crecimiento poblacional, la extensión de la ciudad y los limitados recursos. La movilidad sostenible, entonces, no solo implica la modernización de vehículos, sino también la mejora de la infraestructura, accesibilidad para todos y el diseño de políticas incluyentes que incentiven el uso del transporte público sobre el vehículo particular.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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