Por: El Espectador

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Este artículo fue curado por pulzo   Oct 5, 2025 - 11:56 pm
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En Bogotá, la inseguridad en el sistema de transporte masivo TransMilenio ha alcanzado niveles alarmantes. De acuerdo con datos oficiales de la Secretaría de Seguridad, actualmente nueve personas son víctimas de robo cada día mientras utilizan TransMilenio, ilustrando una problemática que trasciende incidentes aislados y pone de manifiesto un fenómeno estructural en la ciudad. El caso más reciente ocurrió en la estación Calle 22, donde una pareja armada intentó despojar a una mujer de su teléfono y otras pertenencias. La rápida intervención de pasajeros y la Policía Metropolitana permitió frustrar el robo y capturar a los delincuentes, evidenciando tanto la gravedad de la crisis de seguridad como la importancia de la colaboración ciudadana.

El contexto de estos crímenes es aún más preocupante cuando se analiza el crecimiento del hurto en general. Entre junio y agosto de 2025, Bogotá reportó 33.315 casos de hurto a personas, lo cual representa un aumento de 3.371 casos respecto al mismo periodo del año anterior, según la Secretaría de Seguridad. Particularmente inquietante es el crecimiento superior al 600 % en robos dentro de TransMilenio y sus alimentadores durante los primeros meses de 2025, lo que se traduce en un impacto directo en la percepción de seguridad y en la movilidad diaria de los bogotanos.

Un estudio del Observatorio de Seguridad en Espacio Público (OSEP) enfatiza que la alta concentración de usuarios en determinadas estaciones y horas pico crea condiciones ideales para la delincuencia. El informe, citado por OSEP en 2025, subraya que la falta de vigilancia eficaz y la limitada capacidad de las cámaras de seguridad permiten que estos delitos se sigan presentando con frecuencia. Además, la reincidencia delictiva se ha convertido en un obstáculo importante, dado que muchos de los implicados tienen antecedentes penales graves, como se evidenció en la última captura en la estación Calle 22.

La respuesta institucional ha incluido el refuerzo policial en estaciones clave y campañas para incentivar la denuncia, principalmente a través de la línea 123. Sin embargo, voces expertas, como la de Ana María Guzmán, académica de la Universidad Nacional de Colombia, insisten en que una solución permanente demanda acciones integrales: prevención social, educación y rehabilitación para disminuir la reincidencia, además de vigilancia.

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En este sentido, el factor tecnológico no puede pasar inadvertido. El reporte del Ministerio de Tecnologías de la Información destaca que los actuales sistemas de videovigilancia de TransMilenio requieren modernización para adaptarse a los desafíos presentes, permitiendo el reconocimiento automático de comportamientos sospechosos y agilizando la reacción policial. La experiencia reciente demostró que la acción colectiva de los pasajeros fue fundamental para evitar la fuga de los responsables, pero la eficiencia de una respuesta institucional también depende de la capacidad tecnológica.

La experiencia internacional sirve de referencia para enfrentar este desafío. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha documentado casos donde ciudades como Ciudad de México y Santiago implementaron estrategias conjuntas de tecnología, policía y participación ciudadana, logrando reducir delitos en el transporte público. En consecuencia, Bogotá enfrenta el desafío de coordinar múltiples actores para fortalecer la seguridad del sistema y devolver la confianza a los usuarios.

¿Qué factores contribuyen al incremento de hurtos en TransMilenio frente a otros transportes de la ciudad?
Para comprender por qué TransMilenio se convierte en un punto vulnerable, el estudio del Observatorio de Seguridad en Espacio Público destaca la masificación del flujo de personas en ciertas estaciones y horarios. Esta concentración facilita el anonimato y la posibilidad de escapar rápidamente, entorno en el que la delincuencia organizada encuentra facilidades. Además, la deficiencia de vigilancia y la falta de sistemas de monitoreo modernos contribuyen a que los delincuentes operen con relativa impunidad, complicando la identificación y rápida captura de los responsables. De este modo, el sistema evidencia no solo un desafío operacional, sino también estructural, que lo diferencia frente a otros medios de movilidad menos concurridos.

¿Qué significa reincidencia delictiva y cómo impacta la seguridad en el transporte público?
El término “reincidencia delictiva” hace referencia a la repetición de actos delictivos por parte de individuos que ya han sido procesados o condenados anteriormente. En el contexto de Bogotá y TransMilenio, la reincidencia agrava la crisis de seguridad, ya que revela fallas en los procesos de resocialización y rehabilitación de infractores. Cuando los capturados reinciden, el efecto disuasorio de las capturas disminuye, generando desconfianza en la eficacia del sistema judicial y policial. Por lo tanto, reducir la reincidencia requiere no solo intervención policial, sino también programas sociales y educativos que logren evitar que los infractores regresen al delito.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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