
En entrevista con medios colombianos, el embajador de Colombia en Washington, Daniel García-Peña, dijo que él, junto a Laura Sarabia y el saliente canciller Luis Gilberto Murillo, estuvieron al frente de las conversaciones con Mauricio Claver-Carone, el designado por el presidente Trump y el secretario de Estado, Marco Rubio. A la par, los representantes colombianos tenían conversaciones con el presidente Gustavo Petro.
Sin embargo, dice New York Times que varias personas aparecieron para tender su mano en medio de la crisis diplomática que atravesaron Colombia y Estados Unidos el pasado domingo 26 de enero. Entre ellas, el expresidente Álvaro Uribe Vélez.
Según el medio internacional, “un funcionario con conocimiento de los acontecimientos dijo que Uribe había llamado a Sarabia y le había dicho, en esencia: Tenemos diferencias con el presidente Petro. Cometió un error, pero tenemos que resolverlo. ¿Cómo puedo ayudar?”.
(Vea también: “Devolvemos un gringo del Poblado”: hija de Petro, por crisis con EE. UU. sobre deportados)
Consciente de que todas las manos ayudan, y no con intención de rechazo como sucede normalmente con las posturas del presidente Gustavo Petro, Laura Sarabia, dice NY Times, “instó al Sr. Uribe a llamar a sus amigos en Washington, incluido el nuevo secretario de Estado, Marco Rubio”.
Aunque Marco Rubio no estuvo al frente de las conversaciones, sí estuvo al tanto de la situación y hasta le respondió al presidente Gustavo Petro para demostrar que el país ya había aceptado la llegada de los migrantes que viajaban en los aviones, así el mandatario colombiano los hubiera hecho devolver a las 3 de la mañana y con un mensaje en X, una vía poco diplomática.
Dice NY Times que además de la buena acción del trío colombiano, “los senadores republicanos de Estados Unidos también intervinieron e instaron a la administración Trump a mostrar moderación”, según dos funcionarios pidieron el anonimato para poder describir “conversaciones delicadas”.
Según el informe del medio estadounidense, a Petro, además de Sarabia, Murillo y García-Peña, también le hablaron otros miembros del Gobierno que él considera cercanos. Es el caso de Gustavo Bolívar, quien le mencionó las dificultades que implicaría los aranceles para los empresarios y el escalamiento de la crisis que ya se estaba gestando. Cabe recordar que el actual director de Prosperidad Social vivió en Estados Unidos durante más de 10 años y entiende las oportunidades y dificultades que viven las personas que van a ese país.




Las deportaciones de colombianos desde Estados Unidos no cesarán, pero se espera que este primer “impasse” ―como lo ha querido llamar el Gobierno―, sea una oportunidad para entablar conversaciones y mecanismos que permitan la seguridad y los “tratos dignos” que quiere el Gobierno colombiano.
La ‘papa caliente’ es ahora para Laura Sarabia, quien deberá lidiar con los impulsos del presidente Gustavo Petro, pues desde el primero de febrero asumirá como canciller. Su cercanía con él puede ser buena para tener una voz que permita mantener las buenas relaciones internacionales, aunque otra visión es que ya no estará tan cerca, como se ha mostrado en los dos años del Gobierno.
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