
Como se temía, Estados Unidos finalmente descertificó a Colombia en su lucha contra el narcotráfico. El presidente Donald Trump se tomó todo su tiempo, casi hasta el límite que le permite la ley, para firmar y publicar el memorando. Mantuvo en vilo al país, aunque muchos analistas y especialistas nacionales y extranjeros habían anticipado que ese iba a ser el sentido de la decisión del mandatario estadounidense, pero no se preveía que responsabilizara de manera tan directa al presidente Gustavo Petro.
Solo algunos en el Gobierno Nacional creyeron que con las visitas de la última semana del comandante de las Fuerzas Militares, almirante Francisco Cubides, y del director de la Policía, general Carlos Fernando Triana, a Washington; con el anuncio tardío y sin fundamento práctico ni técnico del mandatario de volver a la aspersión (para castigar a las comunidades que ataquen a la fuerza pública, pero no como elemento central de la lucha contra el narcotráfico), así como con las gestiones del embajador de Colombia (no de la canciller, cuya labor en este asunto brillo por su bajo, si no nulo, perfil) sería suficiente para influir en un cambio de postura de Estados Unidos hacia Colombia. Pero no fue así.
(Vea también: “El peor error”: Gustavo Petro rechazó posible intervención de Estados Unidos en Venezuela).
Poco pudo hacer Gobierno de Petro contra descertificación
La realidad concreta es otra: el país está inundado de cultivos de coca (estimaciones sitúan hoy la superficie cultivada en 300.000 hectáreas, entre otras razones, por el crecimiento y expansión de los grupos armados organizados al amparo de la política gubernamental de “paz total”), el presidente Petro no ha autorizado las extradiciones de varios narcos vinculados con esos grupos y solicitados por Estados Unidos, y la erradicación de cultivos ilícitos, que se había pactado por encima de las 30.000 hectáreas para este año, apenas si llega a las 4.000.




Y si a todo esto se suman las constantes confrontaciones del mandatario colombiano con la administración Trump y su recurrente defensa del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela —al que Estados Unidos califica de organización narcotraficante encabezada por Maduro, razón por la cual ha desplegado una operación militar casi sin antecedentes en el mar Caribe—, pues el coctel estaba listo. Solo faltaba ponerlo sobre la mesa, y eso fue lo que hizo este lunes en presidente Trump.
Dados esos antecedentes era claro que tampoco tendrían ninguna incidencia en la decisión de Trump declaraciones como la de la canciller, Rosa Villavicencio, quien aseguró que “la certificación, sí se mira desde lo que nosotros hemos hecho, desde el compromiso, y el coste social que ha tenido en vidas y en muertes de militares, pues lo justo sería mantener la certificación”, o la del ministro de Defensa, Pedro Sánchez, quien dijo que ningún país como Colombia ha luchado tanto contra el narcotráfico. Ambos subrayaron las muertes de miembros de la fuerza pública en la lucha contra ese delito como prueba del esfuerzo del país.
Descertificación menciona con nombre propio a Gustavo Petro
Eran tan aplastantes las razones que tenía Estados Unidos para descertificar a Colombia que hasta el presidente Petro se anticipó al anuncio oficial de la administración Trump y, durante el consejo de ministros de este lunes, dijo: “Hay una realidad que voy a anunciar hoy y es que los Estados Unidos nos descertifican”. Y, como su canciller y su ministro de Defensa, sacó a relucir las sensibles bajas que ha sufrido la fuerza pública: “[descertifican a Colombia] Después de decenas de muertos, de policías, sobre todo, de soldados, de gente del común tratando de impedir que les llegue la cocaína […]”.
Pocos minutos después, efectivamente, la Casa Blanca dio a conocer el comunicado bajo el título ‘Determinación presidencial sobre países de tránsito mayor o producción ilícita de drogas para el año fiscal 2026′, que señala dos categorías de países, y en las dos está Colombia. La primera es la de países de tránsito mayor de drogas o de producción ilícita de drogas (Afganistán, Bahamas, Belice, Bolivia, Birmania, República Popular China, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, India, Jamaica, Laos, México, Nicaragua, Pakistán, Panamá, Perú y Venezuela).
La segunda es la de países que “han fracasado de manera demostrable durante los últimos 12 meses en cumplir con sus obligaciones en virtud de acuerdos internacionales de control de drogas y en adoptar las medidas exigidas” (Colombia, Afganistán, Bolivia, Birmania y Venezuela). En el documento se pueden destacar, entre otras, dos cosas: 1) que no es una descertificación plena porque Estados Unidos seguirá desembolsando recursos a Colombia y 2) el hecho de que de los cinco países situados en la segunda categoría solo menciona con nombres propios a Gustavo Petro y Nicolás Maduro.
impacta la forma como el presidente estadounidense responsabiliza de manera directa al mandatario colombiano. “En Colombia, el cultivo de coca y la producción de cocaína han aumentado a récords históricos bajo la presidencia de Gustavo Petro, y sus intentos fallidos de buscar acuerdos con grupos narco-terroristas solo han exacerbado la crisis”, reza el documento. “Bajo el liderazgo del presidente Petro, el cultivo de coca y la producción de cocaína han alcanzado máximos históricos mientras que el gobierno de Colombia no ha logrado siquiera cumplir con sus propios objetivos de erradicación de coca significativamente reducidos, socavando años de cooperación mutuamente beneficiosa entre nuestros dos países contra los narco-terroristas”.
Trump, como las autoridades colombianas, lamentó las bajas en la fuerza pública, y se cuidó de reconocer y rescatar lo que hacen los gobiernos locales, a diferencia del nacional, al asegurar que “las instituciones de seguridad de Colombia y las autoridades municipales continúan mostrando habilidad y coraje al enfrentar grupos terroristas y criminales, y Estados Unidos valora el servicio y sacrificio de sus dedicados servidores públicos en todos los niveles de gobierno”, pero insistió en subrayar la responsabilidad de Petro. “El fracaso de Colombia para cumplir con sus obligaciones de control de drogas durante el año pasado recae únicamente en su liderazgo político”.
En el comunicado ‘Determinación presidencial sobre países de tránsito mayor o producción ilícita de drogas para el año fiscal 2026′, en donde resulta relativamente extensa la alusión a Colombia, el presidente Trump termina diciendo que considerará “cambiar esta designación si el gobierno de Colombia toma medidas más agresivas para erradicar la coca y reducir la producción y el tráfico de cocaína, así como responsabilizar a aquellos que producen, trafican y se benefician de la producción de cocaína, incluyendo una mejor cooperación con los Estados Unidos para llevar a la justicia a los líderes de las organizaciones criminales colombianas”.
Nicolás Maduro, el otro nombre en descertificación
El otro nombre propio que aparece en la pequeña lista de países que han “fallado de manera demostrable” en la lucha contra el narcotráfico es el de la cabeza del régimen de Venezuela: “El régimen criminal del narcotraficante acusado Nicolás Maduro lidera una de las redes de tráfico de cocaína más grandes del mundo, y Estados Unidos continuará buscando llevar a Maduro y otros miembros de su régimen cómplice ante la justicia por sus crímenes. También atacaremos a las organizaciones terroristas extranjeras venezolanas como el Tren de Aragua y las purgaremos de nuestro país”.
Es clara la diferencia con las menciones a Bolivia y Afganistán, pues no se refiere a sus presidentes. De Bolivia dijo que el gobierno de ese país “ha tomado algunas medidas positivas para aumentar las incautaciones de cocaína y para trabajar con las autoridades estadounidenses en la justicia de los criminales de drogas, incluido Maximiliano Dávila, el exjefe antidrogas corrupto del país. Sin embargo, queda mucho trabajo por hacer para que Bolivia mantenga consistentemente sus compromisos contra las drogas y asegure que no sea un refugio seguro para que los grupos de narcotráfico prosperen”.
Y de Afganistán sostuvo que “a pesar de la prohibición anunciada por los talibanes sobre las drogas ilegales, los acopios de drogas y la producción en curso —incluido el aumento de la producción de metanfetamina— han sostenido el flujo de drogas hacia los mercados internacionales. Los ingresos de este comercio de drogas financian a grupos criminales transnacionales y apoyan a terroristas internacionales. Algunos miembros de los talibanes continúan beneficiándose de este comercio, y una vez más estoy designando a Afganistán como un país que no ha cumplido de manera demostrable con sus obligaciones de control de drogas, dado las graves amenazas a los intereses de Estados Unidos y a la seguridad internacional”.
Por eso, resulta llamativa la intención del documento de exponer de manera explícita el nombre del mandatario colombiano como lo hace con el de la cabeza del régimen venezolano. En esos dos casos, los destinatarios de la decisión son específicos.
* Pulzo.com se escribe con Z
LO ÚLTIMO