Sonja Vicht, portavoz del municipio, confirmó el martes a la agencia AFP que los restos del difunto no habían sido llevados a la morgue según el procedimiento habitual.

El 11 de noviembre de 2020, la vecina de este hombre de 66 años, que cuidaba de él porque estaba enfermo desde hacía mucho tiempo y no le conocía ni familia ni parientes, lo encontró muerto. Entonces llamó a la policía y le entregó las llaves de la casa, explicó en el canal de TV ORF.

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Ella pensaba que este hombre había sido enterrado hace mucho tiempo pero, al acompañar a un notario que buscaba un posible testamento, lo encontró acostado en su cama, el 27 de enero.

“Es una desafortunada combinación de circunstancias y un problema de comunicación” entre el equipo que declaró la muerte y las funerarias, dijo Nikolaus Salzer, director del centro de higiene de la ciudad.

Salzer inició una investigación interna y afirmó que “nunca había oído hablar de un caso de este tipo”.

Las pompas fúnebres municipales precisaron “aún no tener fecha para los funerales”.

“Todavía estamos tratando de averiguar si hay alguna familia que quiera organizarlas”, explicó un portavoz, Florian Keusch.  Si la búsqueda no tiene éxito, “será la ciudad la que organice el entierro”, dijo, para que el difunto pueda finalmente descansar con dignidad.