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Luz Amparo Álvarez, reconocida unánimemente como la mejor imitadora de Colombia y Latinoamérica, y una de las cantantes más talentosas del país, ha construido una carrera marcada por el ingenio y la versatilidad.
Sin embargo, el camino de la sátira política no ha estado exento de riesgos, como ella misma compartió en una reciente conversación.
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En su charla con ‘El Klub’ de ‘la Kalle’, la artista, quien también destacó como jurado en programas de gran sintonía como “Yo Me Llamo”, recordó un capítulo oscuro que puso de manifiesto el filo doble de su arte: el día en que la guerrilla la esperó afuera de un show.




La anécdota se remonta a su participación en “La Banda Francotiradores”, un programa que, como ella describe, fue “de mis mejores épocas”, llena de disfrute y reconocimiento nacional.
En aquel entonces, la televisión catapultó su fama a un nivel que la radio, aunque importante, no había logrado. Sin embargo, este ascenso trajo consigo una mayor exposición a las repercusiones de su crítica política, una labor que, admitió, le causaba “sustico a veces”.
El contexto era complejo, con los gobiernos de Samper, Pastrana y los dos mandatos de Uribe, épocas de alta polarización y conflicto. “Éramos fuertes también, o sea, hacíamos cosas muy fuertes en ese momento”, sentenció Luz Amparo.
Luz Amparo contó susto que le pasó por imitar a una guerrillera
Dentro de su repertorio de personajes, Dinamirta, una guerrillera, se destacaba por su contundencia. Dinamirta “decía cosas muy fuertes en contra de los paras, en contra de la guerrilla, en contra de los políticos, o sea, en contra de todo”.
Esta personificación, sin miedo a tocar las fibras más sensibles del conflicto armado colombiano, fue la chispa que encendió la alarma en una ocasión. Luz Amparo relató el inquietante episodio que vivió en el departamento del Huila:
“Había un momento en que sí de pronto yo iba a ‘shows’ por allá al Huila y alguna vez me esperaron afuera, me dijeron ‘Nosotros no somos así, nosotros no hablamos así'”.
La tensión de ese momento, la advertencia directa de un grupo armado ilegal, fue un claro recordatorio de que su humor no era tomado a la ligera por todos.
Aunque el encuentro se limitó a un comentario, fue “pesado, fue pesado ese momento”, confesó la artista. La artista reflexionó sobre las diferencias entre la época y el presente en cuanto a las reacciones del público. En los años de “La Banda Francotiradores”, la gente expresaba su descontento a través de cartas que debían ser llevadas al correo.
Este proceso físico, según ella, servía como un filtro: “la gente cuando tenía rabia ya mientras iba al correo ya le pasó la rabia”. En contraste, la era de las redes sociales es de inmediatez y anonimato, donde las amenazas y los comentarios ofensivos fluyen sin filtro ni tiempo para la reflexión.
“Es más difícil porque es que en esa época la gente le escribía a uno cartas a mano“, explicó, diferenciando claramente el impacto de la crítica en ambas épocas.
Pese a los momentos de miedo y la naturaleza “pesada” de su trabajo, Luz Amparo Álvarez encontró consuelo en el disfrute del equipo y la convicción de que el humor era una herramienta válida para la crítica social y política.
Hoy, Luz Amparo regresa a los escenarios, después de un periodo dedicada a su faceta empresarial, produciendo shows musicales y de humor.
Su espectáculo actual, “Que Dios nos ampare: una terapia de risa”, con más de 80 personajes de la vida nacional, incluyendo políticos y figuras de la farándula, se presenta como una oportunidad para disfrutar en familia de su humor blanco y agudo.
Este retorno es una prueba de su amor por el escenario y el público, quienes, a través de redes sociales, clamaban por su regreso
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