Por: El Espectador

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Este artículo fue curado por pulzo   Oct 6, 2025 - 9:42 pm
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Cuando Guns N’ Roses suba al escenario en el nuevo Vive Claro de Bogotá el 7 de octubre, la emblemática banda bogotana 1280 Almas será la encargada de abrir el concierto. Este anuncio representa mucho más que una oportunidad musical: simboliza la unión de una leyenda internacional con la vibrante historia del rock colombiano. Según El Espectador, el evento es una vitrina para 1280 Almas frente a una audiencia de 40,000 personas, y reafirma el esfuerzo del grupo por visibilizar una generación que mezcla la protesta social y el mestizaje musical en el país.

La relación entre Guns N’ Roses y Colombia se remonta a noviembre de 1992, cuando su primer concierto en Bogotá inauguró una nueva era para los grandes espectáculos en la ciudad. Para 1280 Almas, este esperado encuentro significa, según palabras de su bajista y productor Juan Carlos Rojas, cerrar un ciclo generacional: “Es increíble pensar que ahora vamos a estar abriéndoles. Quizá nos estamos graduando al fin”, enfatiza Rojas para El Espectador.

La banda ha preparado para la ocasión un setlist que integra punk, rock y ska, utilizando letras cargadas de crítica social. Esta elección no solo es un acto de reivindicación, sino una invitación a que la audiencia —habitualmente cercana al rock clásico— descubra el sonido y el movimiento local que 1280 Almas representa. El Espectador destaca cómo la banda busca tender un puente musical y cultural, exigiendo escucha atenta para una propuesta artística más allá de los cánones comerciales habituales.

No obstante, para el grupo, este concierto abre puertas mediáticas más que significar un clímax personal. Rojas resalta que abrir para Pixies, una de sus máximas influencias, tuvo mayor impacto sentimental, aunque ante un público más reducido. Esto revela una visión de éxito basada en la coherencia musical y la autenticidad, donde el aplauso numeroso no es necesariamente el mayor logro.

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En paralelo, 1280 Almas celebra la reedición remasterizada de “Pueblo Alimaña” (2012), álbum cuyo relanzamiento les ha permitido recuperar detalles sonoros que antes se habían perdido. Este proceso, explica Rojas, es tanto un ejercicio de memoria como de reafirmación de su identidad sonora, señalando que una obra musical no termina hasta que sus creadores lo sienten así.

Este evento resalta un fenómeno más amplio: la escena del rock colombiano ha sido históricamente un espacio de resistencia cultural, aunque con escaso apoyo institucional, tal como reportan medios culturales como Shock y Arcadia. Para muchos, los nuevos escenarios de gran capacidad, como Vive Claro, son un paso vital para que bandas emergentes y consolidadas dialoguen con públicos más amplios y con referentes internacionales, ampliando así el alcance de expresiones artísticas locales.

Finalmente, según el Observatorio de Cultura Música en América Latina (OCMAL), la reactivación de grandes encuentros post-pandemia es esencial para la supervivencia de la música en vivo. La aparición de 1280 Almas junto a Guns N’ Roses es una muestra de que las propuestas auténticas y los lenguajes híbridos tienen aún un espacio relevante y combativo dentro del panorama cultural colombiano contemporáneo.

¿Por qué la reedición de “Pueblo Alimaña” es importante para 1280 Almas?
La reedición remasterizada del álbum “Pueblo Alimaña”, lanzado inicialmente en 2012, responde a una necesidad sentida por la banda de recuperar matices y la vitalidad original de su música, aspectos que según explican a El Espectador se habían visto afectados por las limitaciones técnicas de la producción previa. El proceso de remasterización no sólo renueva su catálogo, sino que ocurre en un momento oportuno de visibilidad mediática, enlazando sus nuevas proyecciones con la memoria y la autenticidad de su mensaje musical.
Esta decisión, según Juan Carlos Rojas, es también una forma de revisar y validar su trabajo con el paso de los años, subrayando que una obra musical permanece inacabada hasta que los propios artistas están satisfechos. Así, más que un simple relanzamiento comercial, la reedición se concibe como un compromiso con su audiencia y con la evolución de su identidad artística.

¿Qué hace diferente al sonido de 1280 Almas en el contexto del rock colombiano?
La propuesta de 1280 Almas se distingue por la fusión de géneros como el punk, el ska y el rock, acompañados de letras que abordan la crítica social y la identidad urbana. Según Shock y El Espectador, esta diversidad estilística les permite conectar tanto con audiencias tradicionales del rock colombiano como con generaciones que buscan discursos alternativos dentro de la música.
Además, su enfoque en la autenticidad y la protesta aleja su propuesta de tendencias puramente comerciales e impulsa un diálogo cultural característico del movimiento musical independiente en el país. Este posicionamiento fortalece el papel de la banda como símbolo de resistencia y creatividad, atributos esenciales para comprender el impacto y relevancia actual de 1280 Almas.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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