La discusión sobre el salario mínimo en Colombia para 2026 ha tomado relevancia debido a una propuesta simbólica del Gobierno que plantea como referencia un ingreso de 3 millones de pesos.
Aunque no corresponde a una propuesta formal para el aumento del salario mínimo legal, la cifra surge como un ideal de salario vital, basado en un estudio de la OIT que indica que ese sería el ingreso necesario para cubrir las necesidades básicas de una familia de cuatro personas.
El Ministerio de Trabajo, encabezado por Antonio Sanguino, busca posicionar esta cifra en el debate para resaltar la brecha existente entre el actual poder adquisitivo de los trabajadores y lo que sería una vida digna.
El Gobierno propone un incremento de alrededor del 11 %. Con esta subida, el salario mínimo pasaría de 1.423.500 a 1.580.085 pesos, y el auxilio de transporte de 200.000 a 222.000 pesos, para un total recibido por el trabajador de 1.802.085 pesos.
Sin embargo, al sumar aportes y costos empresariales, la carga total estaría cerca de 2.8 millones de pesos. En las mesas de concertación, los empresarios proponen un aumento más moderado del 7 %, argumentando riesgos inflacionarios y efectos negativos sobre el empleo formal.
Entre tanto, sindicatos, gremios y Gobierno Nacional buscan un incremento suficientemente digno que permita recuperar el poder adquisitivo perdido en el país.
Por qué es bueno que el salario mínimo suba en Colombia
Un aumento del salario mínimo en Colombia puede generar efectos positivos importantes para los trabajadores y para la economía en general. En primer lugar, mejora directamente el poder adquisitivo de millones de personas, especialmente de los hogares más vulnerables que dependen de este ingreso para cubrir necesidades básicas como alimentación, vivienda, transporte y educación.
Cuando las familias tienen más dinero disponible, aumenta el consumo interno, lo cual impulsa la actividad económica y fortalece sectores como el comercio y los servicios.
Además, un salario mínimo más alto contribuye a reducir la pobreza y la desigualdad, ya que una parte significativa de la población gana este salario o cifras cercanas.
También ayuda a dignificar el trabajo, reconociendo el aporte de los trabajadores al crecimiento del país y fomentando una vida con mayor estabilidad y bienestar.
Desde el punto de vista social, puede aportar a disminuir tensiones y mejorar la cohesión, pues se atiende una demanda histórica de justicia económica.
También puede motivar a más personas a mantenerse en empleos formales si perciben un salario que cubra mejor sus necesidades, apoyando así la formalización laboral.
En síntesis, un incremento del salario mínimo, bien planificado y acompañado de medidas económicas responsables, es una herramienta para fortalecer la economía, promover la inclusión social y mejorar la calidad de vida de los trabajadores colombianos.
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