La antesala a la negociación del salario mínimo para 2026 ya empezó a calentarse y uno de los primeros en encender el debate fue José Ignacio López, presidente del centro de estudios económicos Anif, quien lanzó una advertencia que no cayó bien en sectores del Gobierno ni en sindicatos: el incremento debería ser “de un solo dígito” y estrictamente alineado con la inflación.
López, reseña La FM, prendió las alarmas al señalar que este año no hubo ganancias de productividad, un elemento clave dentro de la fórmula técnica que históricamente se ha usado para fijar el aumento del salario mínimo. Según explicó, el equipo técnico del gremio revisó dos indicadores fundamentales y ambos arrojaron resultados preocupantes.
“Los dos indicadores que evalúa Anid arrojan valores entre –0,5 % y 0 %, lo que significa que no hubo ganancias de productividad este año”, afirmó el directivo.
Para el experto, esta ausencia de mejoras productivas debería ser determinante en la discusión. Aunque aún se espera que Dane publique la cifra oficial, López aseguró que la evidencia disponible no apunta a un escenario que justifique incrementos que vayan más allá del comportamiento de los precios.
“La evidencia no sugiere aumentos relevantes que justifiquen un ajuste salarial por encima de la inflación”, sostuvo, citado por la emisora.
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Actualmente, las proyecciones de inflación para el cierre de 2025 rondan el 5,3 %, cifra que para Anif debería ser la guía exclusiva de la negociación, en caso de que el dato de productividad oficial confirme el estancamiento.
“Tanto el Gobierno como las centrales sindicales ya han planteado la posibilidad de aumentos de doble dígito, un escenario que no se corresponde con la realidad productiva del país”, criticó.
Los sindicatos han propuesto un incremento del 10 %. Incluso, la controversia se ha disparado después de las declaraciones del ministro del Interior, Armando Benedetti, quien mencionó una cifra no respaldada técnicamente de 1.800.000 en redes sociales.
Esto obligó al ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, a negar públicamente estas afirmaciones, ya que los empresarios empezaron a cuestionar dicha idea del Gobierno.
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