
En 2024, las cajas de compensación familiar en Colombia, representadas por Asocajas, recaudaron $ 12,7 billones a través de más de 815.000 empresas afiliadas, beneficiando a más de 21 millones de personas con subsidios, servicios de vivienda, salud, educación, empleo y recreación.
No obstante, a pesar de un crecimiento del 3,1 % en empresas aportantes, las afiliaciones de trabajadores dependientes cayeron un 1,7 %, principalmente por la crisis del sector construcción y el aumento del empleo informal.
(Vea también: “Insostenible”: la nueva orden de Petro que pone en aprietos a varias empresas en Colombia).
Durante la 52ª Asamblea General, Asocajas reiteró la necesidad de reformar las normas para vincular a trabajadores informales al sistema en el que se encuentran Cafam, Colsubsidio y muchas cajas más.
Entre los logros del año destacan la asignación de $ 1,8 billones en subsidios de vivienda, principalmente a mujeres cabeza de hogar; el acompañamiento laboral a 548.000 personas y subsidios al cesante para 252.000 más.




También se otorgaron 800.000 créditos sociales y se capacitó a más de 65.000 empresas. En educación y bienestar, se entregaron cuotas monetarias por $ 3,9 billones y se atendió a más de 5 millones de menores y adultos mayores.
En salud, sus EPS atendieron al 45,2 % de los beneficiarios. Finalmente, la infraestructura cultural y recreativa registró millones de usos en bibliotecas, teatros y centros deportivos.
Cómo funcionan cajas de compensación en Colombia
Las cajas de compensación familiar en Colombia surgieron como una respuesta del Estado y del sector empresarial a la necesidad de mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y sus familias, promoviendo el bienestar social a través de un modelo solidario. Su origen se remonta a la década de 1950, cuando se empezó a consolidar la idea de que las empresas debían participar activamente en el desarrollo social del país.
Fue así como en 1954 se creó la primera caja de compensación familiar, la Caja de Compensación Familiar de Bogotá (hoy Compensar), como un mecanismo de redistribución de ingresos para apoyar a los trabajadores de menores ingresos mediante subsidios y servicios sociales. Este modelo se fortaleció con la Ley 21 de 1982, que estableció el marco legal que rige el sistema hasta hoy y determinó que las empresas debían aportar un porcentaje de la nómina de sus empleados para financiar estas entidades.
Con el paso del tiempo, las cajas de compensación familiar fueron ampliando su cobertura y diversificando sus servicios, convirtiéndose en actores clave del sistema de protección social colombiano. Además del subsidio familiar en dinero, en especie y en servicios, las cajas comenzaron a ofrecer programas en educación, salud, empleo, vivienda, recreación y cultura. Gracias a su carácter regional y a su capacidad de gestión, las cajas lograron llegar a los rincones más apartados del país, llevando soluciones integrales a millones de personas.
A lo largo de las décadas, el sistema ha evolucionado para adaptarse a los desafíos económicos, sociales y laborales del país. En particular, las cajas han jugado un papel fundamental en la formalización del empleo, el cierre de brechas sociales y la promoción de la equidad.
Hoy, las cajas de compensación operan bajo la coordinación de la Asociación Nacional de Cajas de Compensación Familiar (Asocajas), que agrupa a estas entidades y representa sus intereses ante el gobierno y la sociedad. Aunque enfrentan retos importantes, como el aumento del empleo informal y la desaceleración de algunos sectores económicos, las cajas siguen siendo una de las instituciones más valoradas por los colombianos.
Su enfoque integral de bienestar ha demostrado ser eficaz para mejorar la calidad de vida de los trabajadores y sus familias, convirtiéndolas en un pilar del desarrollo social en Colombia. Su historia refleja un modelo exitoso de colaboración entre Estado, empresa y sociedad civil.
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