Los codeudores son parte crucial de los contratos de arrendamiento en Colombia, ya que estas personas son las que responden ante eventuales deudas que adquieran los arrendatarios.
Cabe destacar que todo contrato entre dos partes tiene que contar con estas figuras legales para que se establezca el vínculo mediante el cual se sella el alquiler de un inmueble.
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Lo que no todos saben es que una vez una persona se haya vinculado al contrato como codeudor, le corresponde mantenerse en ese estado hasta que concluya la vigencia del documento.
La persona que queda como codeudora no puede evadirse de esa responsabilidad, al menos hasta que el vínculo acabe (más allá de que se renueve o no).
“No es posible dejar de ser codeudor hasta que se restituya el inmueble o se termine el contrato y haya un paz y salvo. Si el inquilino desea continuar en el inmueble arrendado debe buscar un nuevo codeudor [en caso de que la persona que lo hiciera antes no quisiera renovar]”, detalló el portal especializado Metrocuadrado.
El codeudor es una figura clave, ya que esta es responsable legal en caso de que el arrendatario se atrase en materia de pagos mensuales ante el dueño de la propiedad.
Arriendo en Colombia y por qué es clave tener un codeudor seguro
El codeudor en un contrato de arrendamiento de vivienda es crucial porque actúa como una garantía adicional para el arrendador. Si el arrendatario principal no cumple con sus obligaciones de pago del alquiler o causa daños a la propiedad, el codeudor se compromete legalmente a asumir estas responsabilidades. Esta figura proporciona seguridad financiera al arrendador, reduciendo el riesgo de impago y facilitando la recuperación de los costos asociados.
Además, la presencia de un codeudor puede influir positivamente en la aprobación del arrendamiento. Los arrendadores suelen considerar a los solicitantes con un codeudor como menos riesgosos, ya que hay una segunda fuente de respaldo económico.
Esto puede ser especialmente importante en casos donde el arrendatario principal no tiene un historial crediticio sólido o ingresos suficientes para cubrir el alquiler de manera confiable.
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