Escrito por:  Redacción Carros
Oct 28, 2025 - 11:47 am

Los pequeños puntos negros que bordean los cristales de los autobuses, conocidos en el sector como ‘frita’ o ‘frit band’, son un elemento de diseño con una función mucho más profunda que la meramente estética. Se trata de una banda de pintura cerámica cocida sobre el vidrio, una solución adoptada por los fabricantes desde la década de 1950. Su propósito principal es multifacético, sirviendo como un pilar fundamental en la integridad estructural y la seguridad de las ventanas del vehículo, un detalle esencial que rara vez es notado por el ojo común del pasajero.

Puntos negros en la ventana del bus / Captura de pantalla NeoTeo
Puntos negros en la ventana del bus / Captura de pantalla NeoTeo

La primera y más importante función de esta banda negra es proteger el adhesivo de uretano que fija el cristal al marco del bus. Antes, se usaban soportes metálicos; ahora, se emplea un pegamento más seguro y resistente. La pintura cerámica negra actúa como un escudo contra los rayos ultravioleta (UV) del sol. Si el adhesivo quedara expuesto al sol de manera constante, se degradaría rápidamente, lo que comprometería la sujeción del vidrio. Además de proteger el pegamento y mantener la ventana en su sitio, la banda negra también sirve para ocultar este adhesivo, brindando un acabado más limpio y estético.

Finalmente, el patrón de puntos que se dispersa gradualmente desde la banda negra hacia el centro del vidrio cumple dos roles esenciales. A nivel técnico, ayuda a la distribución uniforme del calor durante el proceso de fabricación del vidrio (horneado). El color negro se calienta más rápido, y la transición de puntos minimiza la diferencia de temperatura entre la zona pintada y la transparente, previniendo así la deformación óptica o el agrietamiento del cristal por choque térmico.

A nivel visual, este patrón escalonado crea una transición sutil que resulta más agradable a la vista, evitando un corte abrupto entre la opacidad de la banda y la claridad total del cristal.

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¿Por qué se empañan las ventanas de los autobuses?

El misterio detrás de las ventanas empañadas en autobuses no es más que la física en acción, un fenómeno conocido como condensación. Este proceso ocurre cuando el aire dentro del vehículo está cargado de vapor de agua (humedad) y entra en contacto con una superficie cuya temperatura es considerablemente más baja, como el cristal frío de la ventana en un día fresco o lluvioso. Cuando el vapor de agua, invisible en su estado gaseoso, toca esa superficie fría, cede su energía, se enfría rápidamente y se transforma en minúsculas gotas de agua líquida. Esta capa de gotas es lo que se percibe como el característico velo de niebla, obstruyendo la visibilidad y creando la necesidad de limpiar el cristal.

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Este desequilibrio se debe principalmente a la diferencia de temperatura y humedad entre el interior y el exterior del autobús. En el ambiente cerrado del vehículo, la respiración de los pasajeros, su sudoración e incluso la ropa mojada por la lluvia, elevan significativamente la humedad interna. Al mismo tiempo, si el aire exterior es frío, enfría el cristal de la ventana. Es esta marcada división entre el aire caliente y húmedo de adentro, y la superficie fría de afuera, la que actúa como un catalizador para que la condensación se manifieste. Entender esta relación es clave para implementar soluciones efectivas, como sistemas de ventilación o aires acondicionados, que buscan reducir la humedad interna o calentar la superficie del cristal.

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