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En Bogotá, el avance de infraestructura en la zona sur de la ciudad cobra un impulso relevante bajo la supervisión del alcalde mayor, Carlos Fernando Galán, y del director del Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), Orlando Molano. Tras las festividades de Navidad, ambas autoridades inspeccionaron personalmente varias de las intervenciones estratégicas en las localidades de Bosa, Ciudad Bolívar, Kennedy y San Cristóbal. Estos proyectos tienen como propósito principal transformar la movilidad y mejorar la conexión entre barrios densamente poblados del sur bogotano, una tarea fundamental para el desarrollo urbano y social de esta parte de la capital.
Según reportó el alcalde Galán, la ciudad se alista para una transformación profunda, ya que los proyectos visitados representan piezas clave para la conectividad y el bienestar de millones de habitantes. El recorrido incluyó la verificación del progreso en obras como la NQS por la avenida Bosa, el puente vehicular del sector Venecia (perteneciente al grupo 1 de la avenida 68) y el sistema de teleférico conocido como TransMiCable en San Cristóbal. Todas estas iniciativas, de acuerdo con datos proporcionados por el IDU, tienen cronogramas definidos y metas ambiciosas de finalización en los próximos años.
El proyecto sobre la NQS por Bosa destaca por la construcción de dos puentes vehiculares de 288 y 259 metros de longitud, destinados a mejorar el tráfico en el importante corredor conocido como AutoSur. Adicionalmente, la prolongación de la avenida Las Torres y un puente peatonal de 194 metros en este eje vial optimizarán la movilidad y seguridad de los peatones y ciclistas en la zona. Orlando Molano, director del IDU, señaló que luego de superar retos asociados a la adquisición de terrenos, se espera iniciar la instalación de vigas en febrero para que la obra esté lista en el primer semestre de 2027, beneficiando directamente a más de un millón seiscientas mil personas de Bosa y Ciudad Bolívar.
Por otro lado, el puente de Venecia, que forma parte del grupo 1 de la construcción de la troncal avenida 68 —uno de los proyectos viales más extensos de la ciudad con una longitud cercana a los mil metros— ya finalizó su cimentación e izaje de vigas, alcanzando un significativo avance del 73,14 % al corte de diciembre de 2025. El objetivo es habilitar el paso vehicular en este puente durante el próximo año y culminar las obras de primer nivel para 2027, de acuerdo con los compromisos del IDU.
Finalmente, el TransMiCable de San Cristóbal representa un hito en la movilidad sostenible del sur bogotano. Al 15 de diciembre de 2025, el avance contractual del proyecto alcanzaba el 80,22 %, contrastando con el escaso 5,52 % registrado al iniciar el mandato de Galán en enero de 2024. En este periodo, se completó el tendido de casi seis kilómetros de cable, la recepción de las 148 cabinas del sistema (incluyendo cuatro de reserva) y la construcción de las 21 torres que sostendrán la infraestructura. Además, las tres estaciones previstas superaban ya un 73 % de avance en su fase constructiva, evidenciando la celeridad y eficiencia de la ejecución bajo la nueva administración.
Estas obras, todas bajo revisión transversal del IDU, buscan una transformación integral de la infraestructura de movilidad, apostando por soluciones que impactarán la calidad de vida de cientos de miles de bogotanos y marcarán un antes y un después en la conectividad de la ciudad. Los avances evidenciados no solo reflejan una gestión enfocada en resultados, sino también el alcance de proyectos de gran impacto colectivo, que definirán el desarrollo futuro del sur de Bogotá.
¿Por qué es importante la construcción de sistemas como TransMiCable en zonas como San Cristóbal?
En el contexto urbano de Bogotá, la movilidad sostenible se ha convertido en un desafío esencial, sobre todo en localidades de difícil acceso como San Cristóbal. El TransMiCable surge como una respuesta innovadora a la necesidad de conectar zonas de ladera y barrios periféricos con centros de empleo, estudio y servicios, donde las opciones de transporte tradicional resultan insuficientes o poco eficientes. Según datos del Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), el avance y funcionamiento oportuno de esta obra beneficiará a más de 400 000 personas, transformando no solo su forma de desplazarse, sino también su calidad de vida y la integración social de estas comunidades.
La importancia de estos sistemas radica en su capacidad para reducir los tiempos de viaje, mejorar las oportunidades de acceso a servicios y descongestionar la red vial tradicional. Además, al ser un transporte de carácter masivo y sostenible, disminuyen la huella ambiental del transporte urbano y potencian las dinámicas de desarrollo local alrededor de sus estaciones. Así, TransMiCable no solo representa un avance en infraestructura, sino también en equidad social y eficiencia urbana, marcando el camino hacia ciudades más inclusivas y conectadas.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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