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Escrito por:  Óskar Ortiz
Redactor     Dic 12, 2025 - 11:11 am

Detrás de múltiples revelaciones sobre la sociedad actual, una se enfocó en las relaciones de pareja y la realidad de qué tan infieles son las personas en comparación al resto de mamíferos.

Según el estudio más reciente publicado en la revista Proceedings of the Royal Society: Biological Sciences, replicado por BBC Mundo, los científicos han intentado poner en contexto cuán monógamos somos los seres humanos comparándonos con otras especies animales.

La investigación fue liderada por el antropólogo evolutivo Mark Dyble, de la Universidad de Cambridge, y emplea datos biológicos para medir la monogamia de distintas especies a partir de la proporción de hermanos completos, es decir, individuos que comparten a la misma madre y padre, frente a los medio hermanos. Esa proporción sirve como un indicador de vínculos reproductivos estables y duraderos, más allá de la simple socialización o interacción sexual.

Los resultados muestran que los humanos no somos la especie más monógama del mundo animal, pero sí estamos mucho más cerca de la fidelidad de lo que podría pensarse tradicionalmente.

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En la clasificación de más de treinta mamíferos incluidos en el análisis, los humanos obtienen aproximadamente un 66 % de hermanos completos, lo que nos coloca por encima de especies como las suricatas (60 %) pero por debajo de otros animales con lazos de pareja más rígidos, como los castores europeos (73 %).

Encabeza el ranking el ratón ciervo de California, con un sorprendente 100 % de hermanos completos, lo que indica que una vez emparejados, estos roedores tienden a permanecer juntos para toda la vida. Otras especies notablemente monógamas incluyen al perro salvaje africano (85 %) y algunos roedores como la rata topo de Damaraland (cercana al 79,5 %).

Por otra parte, los parientes evolutivos más cercanos de los humanos, como los chimpancés y los gorilas de montaña, muestran tasas muy bajas de monogamia biológica, alrededor del 4 % y 6 % respectivamente.

Aún más extrema es la situación en la oveja de Soay, donde la proporción de hermanos completos llega apenas a un 0,6 %: es decir, casi todos los individuos comparten solo uno de sus progenitores debido a múltiples apareamientos.

Es importante aclarar que esta clasificación se basa en monogamia reproductiva, no necesariamente en exclusividad social o íntima. En muchas especies (incluidos los humanos) hay comportamientos que no se ajustan estrictamente a la idea de “pareja para toda la vida”.

En otras palabras, los datos reflejan patrones reproductivos globales y no exclusivamente normas culturales o tradiciones como el matrimonio. Por ejemplo, en humanos el uso de métodos anticonceptivos y las diversas prácticas culturales pueden separar la conducta sexual de la reproducción real, algo que no sucede en la mayoría de los otros mamíferos analizados.

Este estudio sugiere que, comparados con la gran mayoría de los mamíferos, los humanos somos relativamente monógamos, aunque no completamente exclusivos.

La forma en que nos emparejamos y mantenemos vínculos de largo plazo probablemente evolucionó por razones adaptativas, como la necesidad de cuidado biparental intensivo para nuestros hijos, que requieren muchos años de desarrollo. Así, nuestra especie se ubica en una “liga alta” de monogamia animal, pero sin alcanzar los extremos de fidelidad que algunos roedores o cánidos exhiben.

¿Cómo identificar a una persona infiel?

Si bien ninguna señal por sí sola es una prueba de infidelidad, estos son indicios que pueden justificar una conversación honesta o ayuda profesional, según el portal Safe my kid:

  • Protección extrema de sus dispositivos electrónicos: cuando alguien de repente protege con contraseñas su teléfono o computadora, evita dejarlo solo o se muestra defensivo si tú lo tocas, puede estar ocultando conversaciones o contactos frecuentes con otra persona. Cambios en cómo usa estos dispositivos suelen mencionarse entre los signos clásicos de infidelidad.
  • Ausencias y cambios en la rutina sin explicación clara: si la pareja llega tarde con frecuencia, altera su horario o inventa razones poco convincentes para no estar contigo, podría estar dedicando ese tiempo a otro vínculo. La inconsistencia en sus historias puede ser un indicio de que algo se oculta.
  • Alteraciones en la intimidad: tanto una baja repentina en la relación íntima como un aumento inusual sin motivo aparente pueden ser señales. En algunos casos, quienes engañan pueden distanciarse emocionalmente o, por el contrario, intentar compensar con gestos afectivos extraños.
  • Cambios en la apariencia personal: un interés repentino e intenso por su cuerpo, estilo, ropa o fragancias sin una razón clara puede deberse a que está intentando impresionar a alguien más.
  • Gastos extraños o falta de transparencia financiera: transacciones que no tiene sentido explicar, pagos con efectivo inusual o cargos en restaurantes/hoteles desconocidos pueden corresponder a encuentros que no quiere revelar.
  • Distancia emocional o evasión en las conversaciones: si la pareja evita hablar de sus sentimientos, reduce la comunicación o cambia de tema constantemente, estas actitudes pueden reflejar desconexión o culpa asociada con una relación fuera de la pareja.
  • Secretismo con redes sociales o contactos: interacciones ocultas en redes, uso frecuente de aplicaciones privadas o borrar mensajes son conductas que muchas veces se asocian a comunicaciones secretas

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