Hay una larga discusión sobre la fidelidad, pero lo cierto es que, en el sentido práctico, desearíamos poder reconocer las señales de alarma de una posible infidelidad. Hay varios estudios que han podido determinar que sí hay cambios en la personalidad de aquel o aquella que, como se dice popularmente, “está poniendo cachos”.
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Infidelidad: relaciones íntimas fuera de la casa
La psicóloga Valerie Guilbault y sus compañeros de la Universidad de Quebec publicaron un estudio en el Journal of Social and Personal Relationships, en el que, a partir de varias investigaciones realizadas por el equipo, pudieron determinar que existen una serie de factores que pueden predecir la probabilidad de que un compañero sea infiel, y uno de ellos es el sexo.
Según el planteamiento de los investigadores, las personas que creen firmemente en las relaciones sexuales como una expresión de amor dentro de una unión comprometida tienen menos posibilidades de engañar en comparación con aquellos que tienen un pasado de múltiples parejas. “Es poco probable que un explayboy sea fiel”, aseguran en Psychology Today.
Sin embargo, todavía hay muchos que a medida que cumplen años prefieren establecerse en la monogamia. Parece obvio que los que tienen poco deseo sexual serán menos propensos a ser infieles y los que lo tengan alto pueden verse tentados a tener relaciones extramaritales, especialmente si sus necesidades no se satisfacen repetidamente con su pareja.
Tras preguntar por qué habían tenido relaciones sexuales extramaritales a un grupo de 600 jóvenes adultos, estos explicaron que la atracción física era la principal razón, seguida de la venganza, el aumento de la autoestima o el cumplimiento de las expectativas sociales, como que los hombres tienen muchas parejas sexuales.
La conclusión de la investigación afirma que las personas que se ven a sí mismas controladas por factores externos tienen más probabilidades de engañar.
“Alguien que va de víctima será infeliz y buscará el afecto en otros, mientras que alguien que tenga el control sobre sí mismo será mejor compañero de vida”, concluye la experta. SIGNOS DE ALARMA El psicoanalista Diego Luparello
Infieles: ¿Cuáles son los signos más visibles?
- Falta de interés y actividades por separado: La falta de interés puede ser confundida por un exceso de trabajo o estrés. Sin embargo, difieren en la duración, ya que difícilmente el estrés esté presente todo el tiempo en el hogar.
“Los infieles buscan inventar actividades que no incluyan a la pareja o que al otro no le diviertan, para conseguir unas horas a solas”, advierte Gabriela Rougier, psicóloga especialista en terapia de parejas.
- Conversaciones privadas: Las explicaciones acerca de quién estaba del otro lado del teléfono o quién podría haber enviado ese mensaje en la madrugada terminan por delatar al inculpado.
“Quien tiene algo que esconder se aferrará a su teléfono celular como si fuera una especie de tesoro, no lo perderá de vista ni por un minuto”, insiste Rougier.
- Cambios de humor: Cualquier cosa hace que el sospechoso se irrite. Comienzan las excusas a la hora de intimar con la pareja: “tengo mucho trabajo” u “hoy estoy muy cansado”.
- Modificaciones de rutina: Los horarios para ir al trabajo sufren modificaciones de último momento, los nuevos horarios para salir de casa, como de llegar, se vuelven permanentes y la puntualidad es un factor esencial. “Hay quienes con cierta culpa suelen vivir con incomodidad toda la situación, y entonces aparecen las conductas extrañas y otros que viven la transgresión sin tanta tensión, y entonces estos indicadores mencionados no aparecen”, comenta Luparello.
Infiel situacional vs. infiel crónico
El primero es aquel que fue infiel por una crisis vital o personal que nada tuvo que ver con la pareja. Actúa luego de hechos movilizantes, como lo es la muerte de un ser querido, en el que se cuestiona el sentido de la propia vida y se revela. El crónico es infiel únicamente por el placer de la conquista. No puede renunciar a la adrenalina que le brinda seducir y enamorar.
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