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Las sábanas acumulan sudor, aceites corporales, células muertas de la piel, ácaros, bacterias y gérmenes, lo que puede generar olores desagradables, empeorar alergias, afectar la salud respiratoria y propagar infecciones; por eso, lavarlas regularmente es crucial para eliminar estos elementos no deseados y asegurar un ambiente de descanso más fresco y saludable.
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¿Cada cuánto se deben lavar las sábanas de la cama?
El lavado de las sábanas es importante para mantener la higiene. Lo ideal es lavarlas una vez a la semana o, como mínimo, cada dos semanas. Sin embargo, algunas circunstancias pueden requerir lavados más frecuentes:
- Alergias: si alguien en casa sufre de alergias o problemas respiratorios es recomendable lavar las sábanas con más frecuencia, posiblemente cada tres a cuatro días.
- Transpiración excesiva: si usted suda mucho durante la noche, es aconsejable lavar las sábanas con más regularidad para evitar la acumulación de bacterias y olores.
- Enfermedades: en esta situación lavar las sábanas con mayor regularidad (incluso diariamente) ayuda a prevenir la propagación de gérmenes.
- Mascotas en la cama: si permite que sus mascotas duerman con usted, es recomendable lavar las sábanas más a menudo para eliminar los pelos y la suciedad que puedan traer.
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¿Cómo se deben lavar las sábanas?
Para lavar las sábanas adecuadamente, asegurar su limpieza y durabilidad, es importante seguir estos pasos:
- Leer las etiquetas: antes de iniciar, es fundamental revisar las instrucciones en las etiquetas de las sábanas para conocer las temperaturas recomendadas y otros detalles importantes.
- Separar por colores y tejidos: sepárelas según los colores y los tipos de tela. Esto evitará que los colores intensos destiñan en prendas más claras o que los tejidos delicados sufran daños.
- Temperatura y detergente: use agua caliente para lavar las blancas y agua tibia para las de colores. Esto ayudará a eliminar gérmenes y manchas. Utilice un detergente suave para preservar los tejidos y prevenir reacciones alérgicas.
- Ciclo de lavado: seleccione un ciclo suave para tejidos delicados y un ciclo normal para sábanas de algodón u otros materiales más resistentes.
- Secado: seque las sábanas al sol si es posible, aprovechando las propiedades desinfectantes naturales, o utilice una secadora a temperatura moderada. Evite el sobrecalentamiento para mantener la suavidad de las telas.
- Almacenamiento: guárdelas en un lugar limpio y seco para mantenerlas frescas hasta su próximo uso.
*Este artículo fue escrito y curado por periodistas del equipo de Robby Bienestar, con apoyo de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto.
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