En el libro How Animals Grieve de Bárbara Grieve se menciona que tras la muerte de un animal, la llegada de otro hace que el duelo sea más fácil de digerir para quién pierde a un compañero. Sin embargo, yo considero que se debe esperar un tiempo prudente antes de llevar otro animal a casa; este tiempo puede variar dependiendo de la capacidad para afrontar el duelo, en todo caso no se debe forzar la situación.

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Del otro lado, para nosotros como acudientes, vivir la muerte de nuestra mascota también puede ser muy duro. Los animales hacen parte de nuestra familia; no son tan solo un perro o un gato, son nuestros compañeros fieles y, muchas veces, nuestro soporte emocional. Por esta razón, perder a uno de nuestros animales puede ser sumamente doloroso independientemente de la causa de muerte.

Cuando sabemos que nuestra mascota va a morir, por ejemplo cuando es diagnosticada con una enfermedad terminal, puede ser un poco más fácil de aceptar porque hemos comenzado a vivir un duelo anticipado y en muchas ocasiones somos conscientes de que la muerte digna es la mejor opción para que nuestro animalito deje de sufrir. No obstante, cuando es súbita, el dolor suele ser más grande.

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Si hay niños en la casa, es necesario ser honestos con ellos, hablarles con la verdad, contarles cuál es la situación con su animal de compañía y ayudarle a procesar la información con mucho amor.

También es importante prestar especial atención a los adultos mayores cuya única compañía era su animal.

Cómo ayudar a la mascota a superar la muerte de su dueño

  • Continuar con las rutinas
  • Proveerle actividades y paseos nuevos al animal de compañía puede ser terapéutico
  • Vivir nuestro duelo de manera tranquila para no crear un ambiente de tristeza profunda que pueda empeorar la situación de nuestra mascota
  • Se puede hacer uso de esencias florales como rescate o victoria regia, (para animales hay que pedirlas preparadas en agua)
  • La aromaterapia puede ayudar a tranquilizar y a armonizar los espacios, hay varias preparaciones pero se recomienda que se usen aceites esenciales de grado terapéutico
  • Si vemos que nuestro animal de compañía está notablemente decaído o no quiere comer, debemos consultar con nuestro Médico Veterinario de confianza y si consideramos que nuestro animal no avanza en su duelo es necesario consultar con un Médico Veterinario Etólogo porque probablemente necesitan un tratamiento profesional.

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Superar la pérdida de una mascota

El duelo tiene varias etapas y generalmente los especialistas hablan de una duración entre los 6 y 12 meses, aunque eso depende de cada persona y su capacidad de hacer frente, entre otras cosas.

Existen estudios que demuestran que perder un animal de compañía puede representar un evento realmente traumático para quién lo vive. La psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross describió las cinco etapas del duelo después de trabajar muchos años en contacto con pacientes terminales.

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  • Negación: puede ser incluso una reacción del cuerpo para evitar que el cambio repentino nos afecte demasiado a nivel orgánico y mental. Es un aplazamiento del dolor. Hay personas que se niegan literalmente a aceptar que su ser querido ha muerto y hay otros que no alcanzan a procesarlo a pesar de expresarlo verbalmente, lo viven como si no estuviera pasando realmente.
  • Ira: aparecen sentimientos como rabia, frustración, tristeza profunda, mal humor y búsqueda de culpables.
  • Negociación: puede darse antes o después de la muerte, buscando de alguna manera encontrar alguna ‘solución’, o se empieza a imaginar situaciones que no fueron ni son reales ni posibles, en las cuales no hay muerte. ¿Qué habría pasado si…?
  • Depresión: se vive el vacío al tocar la realidad que el perro o gato ya no está. Se debe aceptar la ausencia y seguir adelante, lo cual es bastante difícil; hay cansancio y pérdida de la esperanza, desconsuelo, con una sensación de no poder salir adelante.
  • Aceptación: es cuando se entiende que ya no hay reversa para la muerte y que sentirse mal está bien, se acepta que se puede continuar la vida sin culpa ni melancolía, se organizan las ideas y se empieza a ir el dolor. Al principio puede haber cansancio y disminución de los sentimientos fuertes, poco a poco se va avanzando hasta retomar la vida normal.

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De cualquier manera no todas las personas viven el duelo igual y no siempre se pasan por todas las etapas ni en el mismo orden.

Por otra parte, los expertos recomiendan hablar del tema con amigos o familiares, no asilarse, buscar compañía, ver fotos y videos si es lo que quiere, salir y buscar nuevas actividades, reducir los recuerdos tristes y tratar de quedarse con los felices. También se recomienda realizar un acto conmemorativo o ritual.

Yo recomiendo realizar un ritual que empiece incluso antes de que el animal muera o se decida la eutanasia. Hablar con él explicarle con amor lo que sucede; muchas personas piensan que es inútil hablarle a los animales, pero eso no es así. Además de enviarle nuestra energía de amor, estamos realizando una terapia para nosotros mismos.

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En mi concepto los animales entienden cuando tienen que partir y no tienen esas creencias como las nuestras inculcadas por nuestras culturas o religiones donde la muerte es mala. Ellos son seres puros y estoy segura que vuelven al creador, razón por la cual no deberíamos anclarnos en la idea de que si mi animal no está, no voy a poder continuar con mi vida o me muero también.

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Los animales no necesitan ese tipo de pensamientos, necesitan irse tranquilos, somos nosotros los que creamos los apegos, creo firmemente que la muerte es el paso a un lugar mejor y que ellos entienden mejor que nosotros ese paso, creo que no está bien cuando estamos tan apegados a ellos y no los dejamos ir en paz, incluso creo que es necesario acompañarlos, que nos sientan a su lado, tristes pero con la seguridad que van a estar en un lugar mejor, sin egoísmos y pensando en su bienestar.

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Después de su muerte recomiendo que se haga un ejercicio de cerrar, puede ser enterrando sus cosas o escribiendo una carta despidiéndose, o cualquier otro ejercicio de acuerdo a nuestras creencias siempre es positivo en especial si hay niños en casa.

No es bueno regalarles de sorpresa animales a personas que hayan perdido a su perro o gato, a menos de que ellos lo pidan y hayan vivido su duelo de manera correcta.

No hay que sentir culpa, en especial cuando hay eutanasia de por medio, hay que entender que esta decisión cuando se amerita es una decisión basada en el amor y buscando el bienestar del animal.

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Por último no me parece bueno pensar en reemplazar al animal con otro, ni mucho menos ponerle el mismo nombre. Hay que ser conscientes de que son seres diferentes y que si probablemente no vivimos el duelo de manera correcta, nos va a costar aceptar a ese nuevo compañero porque estaremos buscando en él al que perdimos.

Por: Carolina Alaguna Cruz

MV Etóloga – Terapeuta de animales.

MV UDCA – MSC Investigación – Etología

U. Autónoma de Barcelona. Dipl. Medicinas Alternativas U. del Rosario

@caromvetologa