La familia del niño Lyan Hortúa, liberado después de pasar varios días secuestrado en Valle del Cauca, reveló que pagaron un rescate para lograr su liberación. El testimonio fue entregado por Sebastián Bonilla, tío del menor, en entrevista con La FM.
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A diferencia de la versión oficial, que atribuye la liberación a una presión de las autoridades, Bonilla aseguró que todo fue gestionado por la familia, sin apoyo del Estado. Y explicó que tomaron la determinación “ante la poca eficiencia de la autoridad, nos vimos en la obligación de pagar un rescate”, afirmó, sin revelar la suma exacta por seguridad.
Según relató, fue una prima de la familia quien negoció directamente con los captores, en un proceso cargado de tensión, miedo y desesperación. “Escuchamos muchas voces importantes del Estado que nos dijeron que negociáramos por tema económico. No nos ofrecieron más soluciones que esa”, aseguró el médico.
Crítica de familia de Lyan Hortúa al presidente Gustavo Petro
Además del drama del secuestro, el tío de Lyan lamentó lo que considera una falta total de acompañamiento por parte del Gobierno Nacional. Apuntó directamente contra el presidente Gustavo Petro, a quien reprochó por su silencio durante los días más difíciles de la familia.
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“Nunca se comunicó con mi hermana, no tuvo un gesto de solidaridad. Eso nos dejó muy decepcionados”, comentó. Solo cuando el niño ya había sido liberado, el presidente publicó un mensaje en redes sociales, lo que la familia consideró un gesto tardío e insuficiente.
El abandono institucional también se evidenció, según Bonilla, en la noche del secuestro. “Yo hice un video a las 8:30 de la noche, dos horas después del secuestro, y no había llegado ni Ejército ni Policía. Tuvimos que rescatarnos nosotros mismos”, dijo.
Familia de Lyan Hortúa desmiente rumores de ilegalidad
Sebastián Bonilla también se refirió a los señalamientos que han circulado en redes sociales y algunos medios, en los que se insinuaba que la familia podría estar vinculada a actividades ilegales, o que el secuestro estaría relacionado con deudas.
“Mi cuñado tiene una joyería hace 13 años y yo soy médico. Nos han señalado de tener nexos con el narcotráfico, pero eso no es cierto. Se han dicho cosas malintencionadas por desconocer nuestra realidad”, explicó.
El secuestro no solo dejó una fuerte deuda económica a la familia, sino también secuelas emocionales profundas. La madre del niño, por ejemplo, tuvo que ser hospitalizada varias veces por crisis de ansiedad y pánico. “Fueron noches donde no dormíamos más de una o dos horas. Vivíamos con el miedo de que le hicieran daño al niño”, relató.
Sobre los responsables del plagio, Bonilla dijo que aunque no tienen certeza total, todo indica que fueron miembros de las disidencias de las FARC que operan en la zona. “Eso es lo que tenemos entendido por parte de las autoridades, por el área donde vivimos”.
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