
El caso del secuestro de Lyan Hortúa dio un giro por cuenta de una publicación que hizo la revista Semana sobre el pasado de sus papás. Según el medio, el padre biológico del niño recién liberado fue un peligroso integrante de la banda de ‘Los Rastrojos’, liderada por ‘Diego Rastrojo’, y de quien sería el heredero del poder.
José Leonardo Hortúa Blandón era conocido como alias ‘Mascota’ y fue asesinado en 2013. El crimen fue cometido en Cali, cuando el sujeto era atentido en un consultorio odontológico. ‘Mascota’, junto a otros dos integrantes de la banda, eran conocidos por degollar a sus víctimas en Tuluá, según recopiló El Tiempo en un artículo de la época.
Antes de su homicidio, Hortúa había sido capturado en 2010, pero le habían brindado casa por cárcel, ya que había alegado sufrir de una grave enfermedad. El medio citado aseguró que el argumento utilizado es que tenía heridas de bala en el estómago, propinadas por su novia.
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En Tuluá, Hortúa imponía terror en las calles por el proceder con sus enemigos. Incluso, otro de sus alias era el ‘Mochacabezas’. Hay indicios de que el secuestro de Lyan tiene que ver con una vieja deuda de sus papás con ‘Diego Rastrojo’.
¿Qué pasó en el secuestro de Lyan Hortús? Hay oscura historia detrás
El secuestro de Lyan Hortúa, ocurrido el 3 de mayo de 2025 en Jamundí, Valle del Cauca, destapó una compleja red de deudas, narcotráfico y silencio institucional, según reveló la revista Semana. El menor fue raptado en medio de un conflicto entre reconocidos capos del crimen organizado en el suroccidente del país, en una acción que habría sido ordenada por el delincuente ‘Diego Rastrojo’ para presionar el pago de una deuda millonaria.
El verdadero objetivo del secuestro habría sido el padrastro del niño, Jorsuar Suárez, o su madre, Angie Bonilla. Sin embargo, los criminales optaron por llevarse al menor. La estructura armada disidente ‘Jaime Martínez’ habría ejecutado el secuestro por encargo, con el objetivo de recuperar una suma que, según la revista, superaría los 37.000 millones de pesos. Para la liberación de Lyan, la familia habría entregado una cuota de 4.000 millones.
El informe de Semana también señala que Bonilla habría sido testaferra tanto de ‘Diego Rastrojo’ como de su expareja, alias ‘Mascota’, padre biológico del niño. La muerte de ‘Mascota’ y la extradición de Rastrojo habrían dejado pendientes disputas sobre propiedades, lo que desencadenó el secuestro como forma de presión. Otros delincuentes conocidos como ‘Pipe Tuluá’, ‘Guacamayo’ y ‘Alacrán’ evitaron involucrarse directamente, aunque pidieron respeto por la vida del menor y fueron quienes intermediaron por la salud del menor. Durante el cautiverio, la familia logró enviar medicamentos y tener contacto con el niño mediante videollamadas.
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Las autoridades ya conocían de todo este entramado que había detrás y por eso no hicieron ningún operativo de rescate. “Si al niño le pasa algo, se nos cae la ciudad”, dijo la fuente que citó Semana.
“Todos ellos querían a ‘Mascota’ y si hubiera existido un riesgo para la vida del niño, seguro habrían reaccionado, lo que habría generado un toma y dame entre poderosos capos que todavía tienen el control en varias esferas criminales”, explicó otra persona consultada por dicho medio, haciendo referencia a los delincuentes que eran cercanos a ‘Mascota’.
Cabe resaltar que el padrastro de Lyan es dueño de una joyería en Cali. En las redes sociales de su negocio emitió un comunicado afirmando que no tenía negocios turbios. Por su parte, el tío del menor, Sebastián Villalobos, también negó cualquier nexo con la delincuencia.
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