Escrito por:  Redacción Nación
Dic 3, 2025 - 2:32 am

El municipio de Obando (Valle del Cauca) fue epicentro de un temblor de magnitud 2.5 que se registró hacia las 1:36 de la mañana de este miércoles 3 de diciembre de 2025.

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De acuerdo con el Servicio Geológico Colombiano (SGC), el movimiento telúrico se dio a una profundidad menor de 30 kilómetros en la latitud 4.60 y longitud -75.95.

Esta actividad sísmica se suma a varios eventos que se presentaron en San Vicente del Caguán (Caquetá), durante la madrugada y tarde del martes 2 de diciembre.

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¿Cómo se calculan la profundidad y la magnitud de los sismos?

La magnitud y la profundidad de un sismo se determinan a partir de datos recogidos por estaciones de monitoreo distribuidas en diferentes zonas del país. Estos equipos registran los movimientos del terreno y permiten establecer la energía sísmica liberada en el punto donde ocurre el evento, conocida como magnitud.

Durante décadas, la escala de Richter fue la referencia principal para medir el tamaño de un sismo. Sin embargo, su uso disminuyó frente a métodos más precisos y universales, como la magnitud de momento, que ofrece una lectura más completa de la energía liberada. Por esa razón, la magnitud ya no se expresa en grados. Lo adecuado es decir: “un sismo de magnitud 5.0”, sin mencionar grados ni la antigua escala de Richter.

Para calcular la profundidad, las estaciones sismológicas registran diferentes tipos de ondas —entre ellas, las ondas P y S—, cada una con una velocidad definida. Las variaciones en los tiempos de llegada permiten ubicar el foco del sismo y, con ello, establecer su profundidad. La diferencia entre los tiempos de llegada de estas ondas es un parámetro esencial para la localización del evento.

La Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) recuerda que es fundamental conocer y aplicar varias recomendaciones en caso de un temblor:

Medidas de precaución recomendadas antes de un sismo

  • Identificar zonas seguras: reconocer los espacios adecuados en el hogar o lugar de trabajo, como mesas firmes, marcos de puertas internas o áreas abiertas lejos de ventanas y objetos que puedan caer.
  • Simulacros de sismo: practicar de manera periódica la acción de “agáchese, cúbrase y sujétese”, con el fin de interiorizar la respuesta adecuada durante un movimiento fuerte.
  • Asegurar objetos pesados: fijar muebles altos, estanterías y elementos que representen riesgo de caída.
  • Revisión estructural: verificar que la vivienda o espacio laboral cumpla con los estándares básicos de seguridad y refuerzo.
  • Plan de emergencia: establecer rutas de encuentro, formas de comunicación y acciones claras para cada integrante de la familia o del equipo de trabajo.
  • Kit de emergencia: preparar una reserva mínima con agua, alimentos no perecederos, botiquín, linterna, radio y baterías.
  • Rutas de evacuación: conocer los puntos de salida y zonas de reunión establecidas por las autoridades locales.
  • Educación a los niños: enseñarles de forma práctica qué deben hacer ante un sismo y reforzar ese aprendizaje con ejercicios periódicos.

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