El rescate de los cuatro niños, que sobrevivieron al accidente aéreo del primero de mayo en una zona límite entre los departamentos de Guaviare y Caquetá, se dio gracias a las intensa búsqueda de militares, socorristas, perros entrenados para encontrar personas y, sobre todo de los conocimientos ancestrales que indígenas implementaron en la incesante  tarea que duró 40 días.

(Vea también: Niñas rescatadas dedican alentador dibujo a Wilson, el perro que ayudó a buscarlas)

Específicamente sobre estos saberes atávicos, Pastora Tarapués, miembro de una comunidad indígena del Gran Cumbal de la Etnia Pasto, explicó a Caracol Radio la relación de la “Pacha mama” (Madre Tierra), los frutos y la “hora de la selva” con la fortaleza que tuvo la menor de 13 años (Lesly Mucutuy) para mantener con vida a sus hermanos más pequeños de 9, 4 y un año, respectivamente.

La “hora de la selva” y otros conocimientos indígenas

“La existencia de la divinidad está en cada ser humano”, inició su análisis la líder indígena sobre la supervivencia de los cuatro menores en terrenos inhóspitos del Guaviare, donde estuvieron expuestos a todos tipo de adversidades por más de un mes.

“Todos somos hijos del agua, de las plantas, de la selva, de las quebradas de las montañas y esto les dio a los niños un mensaje al mundo humano […] Todos los días ellos estaban acompañados de esa esencia y de esa sabiduría que nos acompaña a cada ser humano”, precisó Pastora Tarapués sobre la divinidad que estuvo cuidando a los pequeños durante el tiempo que permanecieron perdidos.

Asimismo, habló de lo que significa la conexión de los elementos que conforman la naturaleza con los seres humanos:

“La hora de la selva es la hora del viento cuando llega y golpea, abre montañas, mueve árboles y muchas montañas. Eso sería una hora de la selva. La otra es, por ejemplo, para nosotros, la fuerza del sol, por ejemplo, anteriormente no teníamos reloj para mirar, ellos veían el sol y ya sabían qué hora era”, detalló la mujer indígena a la emisora.

Y agregó que esos saberes son atávicos para las comunidades indígenas y es un todo para ellos:

“Es el reloj divino, el reloj del equilibrio, de un todo, eso es hermoso. Nosotros los pueblos ancestrales caminamos con ellos porque somos vida”.

Cabe recordar que otro de los saberes ancestrales que aplicó Lesly Mucutuy para sobrevivir junto con sus hermanos fue el consumo de fariña (que el ICBF y las FF.MM., les arrojaron desde helicópteros), pero también comieron pepas cuando esa ración se les acabó.

Lee También

“Son hijos del aire, del agua y de la montaña. Y hay una espíritu que acompañaba las plantas”, dijo sobre los frutos que consumieron los niños para sobrevivir deambulando más de un mes en las selvas del Yarí.