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La esperanza de iluminar el parque San José en Manizales se ha convertido en un desafío persistente para el Instituto de Valorización de Manizales (Invama) y la Central Hidroeléctrica de Caldas (Chec). Desde el inicio de diciembre, el propósito era inaugurar unas figuras que representaban La Sagrada Familia, brindando un espacio de alegría y encuentro comunitario en la temporada navideña. El plan, sin embargo, se ha visto interrumpido en varias ocasiones a causa del robo reiterado del cable duplex necesario para alimentar estas instalaciones eléctricas. Según información de LA PATRIA, la situación escaló rápidamente, pues tan solo un día después de haber encendido el alumbrado, las conexiones eléctricas desaparecieron por primera vez. A pesar de los constantes esfuerzos de los trabajadores por restaurar el suministro y devolver la luminosidad al parque, los hurtos continuaron y la comunidad quedó a oscuras durante varios días.
Jorge Manuel García, gerente del Invama, detalló que la acometida, es decir, el cable que transporta la electricidad desde el transformador hasta los motivos decorativos, ha sido el blanco de los ladrones en repetidas oportunidades. Reinstalar la acometida se volvió una labor diaria para el equipo técnico. El 15 de diciembre, con renovado optimismo pero sin garantías, se volvía a instalar aproximadamente 150 metros de cable para intentar, una vez más, reactivar las luces navideñas y devolver al barrio una imagen festiva.
La respuesta de Invama ante estos incidentes apunta tanto a la responsabilidad estatal como a la participación comunitaria. El gerente enfatiza que el éxito de las reparaciones depende en buena parte de que los propios vecinos vigilen el alumbrado y denuncien cualquier intento de robo ante la Policía. Con este fin, una de las estrategias adoptadas consistió en elevar el cable duplex, ubicándolo a mayor altura para dificultar el acceso de quienes buscan apropiarse indebidamente de estos materiales.
Para los habitantes y comerciantes del sector, como Martha Lucía Salazar y Angélica María Giraldo, la situación ha sido motivo de frustración. Sus expectativas de celebrar la Navidad en un parque iluminado se han visto truncadas por los constantes robos y la imposibilidad de disfrutar de las decoraciones. La petición por parte de la comunidad, que incluye la solicitud de mayor presencia policial o la contratación de un vigilante, evidencia la importancia de estos espacios públicos iluminados como símbolos de unión, seguridad y celebración colectiva. Para muchos, la ausencia de luz en San José ha significado no solo la pérdida de una tradición, sino también la sensación de estar excluidos del espíritu navideño que ilumina otros rincones de la ciudad.
El reclamo generalizado de los residentes resalta la dimensión simbólica de la iluminación festiva, cuyo valor trasciende lo material y representa el deseo compartido de encontrarse y celebrar en seguridad. En este contexto, las soluciones técnicas y comunitarias se vuelven imperativas para preservar la continuidad de estas tradiciones frente a adversidades recurrentes, dejando abierta la pregunta sobre el papel que deben asumir las instituciones y la ciudadanía para proteger las expresiones culturales en el espacio público.
¿Cuál es el impacto social de la iluminación navideña en los barrios?
La pregunta sobre el efecto que tiene la iluminación navideña en las comunidades cobra importancia ante situaciones como la vivida en el barrio San José, donde la oscurecida de sus espacios públicos ha generado inconformidad y sensación de inseguridad. Las luces, más allá de su función estética, representan momentos de encuentro, fortalecen los lazos sociales y refuerzan el sentido de pertenencia. Su ausencia puede afectar el ánimo colectivo, especialmente durante fechas tradicionalmente asociadas con la unión y la esperanza.
Un alumbrado navideño bien cuidado y protegido contribuye no solo a embellecer los entornos, sino también a estimular la participación ciudadana y revitalizar la economía local mediante el turismo y las actividades comerciales. Por esta razón, garantizar la continuidad de estas instalaciones requiere la colaboración activa de las autoridades y los habitantes, consolidando un compromiso común en la protección y el disfrute del patrimonio comunitario.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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