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El programa “Colegios para la adaptación climática”, desarrollado en Bogotá y enfocado en la localidad de Bosa, representa una propuesta educativa innovadora que entrelaza la educación formal con la renaturalización de entornos escolares. En particular, la experiencia del Colegio El Porvenir destaca por su capacidad de integrar la plantación de árboles y arbustos en el día a día de los estudiantes, inspirando así una visión ecológica de la educación. Según la información proporcionada por el Jardín Botánico de Bogotá José Celestino Mutis, este proyecto se apoya en expertos que guían y capacitan a los jóvenes en temas fundamentales, como los beneficios ecosistémicos de especies adaptadas al entorno urbano, por ejemplo, los sietecueros, chicalás amarillos y cayenos.
El pasado 1 de octubre de 2025, cerca de sesenta estudiantes de octavo grado del Colegio El Porvenir participaron, bajo orientación especializada, en la plantación de estas especies vegetales. Durante la jornada, las charlas ofrecidas abordaron la importancia de los servicios ecosistémicos de los árboles: desde la purificación del aire hasta la regulación de la temperatura urbana y el fortalecimiento de la biodiversidad en uno de los entornos más densamente poblados de la capital. Esta acción concreta se complementa con un enfoque pedagógico que fomenta la conciencia ambiental como parte integral de la formación académica.
Expertos del Instituto Distrital de Ambiente (IDEAM) resaltan que las escuelas ubicadas en sectores urbanos tienen la oportunidad de ser catalizadoras en los procesos de adaptación y mitigación ante el cambio climático. Estos proyectos no solo reducen los efectos negativos de la urbanización, sino que también contribuyen a formar generaciones con una profunda responsabilidad ambiental, aspecto confirmado en su informe de 2023.
La experiencia no es exclusiva de Bogotá. Se han registrado acciones similares en otras urbes como Londres, Melbourne y Ciudad de México, donde investigaciones como la realizada por la Universidad de Cambridge en 2022 revelan que este tipo de prácticas contribuye al bienestar psicológico, el fortalecimiento de vínculos comunitarios y la promoción de estilos de vida sustentables entre los jóvenes estudiantes.




En ese sentido, el programa se vincula a objetivos de relevancia mundial, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en particular el ODS 13 sobre acción climática y el ODS 4 enfocado en una educación de calidad. Un detalle especialmente simbólico de la iniciativa es la personalización de los árboles plantados, a los que cada grupo escolar asigna un nombre, fortaleciendo así el lazo emocional y psicológico de los estudiantes con el entorno natural, lo que contribuye a una conservación más efectiva en el tiempo.
La colaboración establecida con el Jardín Botánico de Bogotá, institución con amplio reconocimiento científico, aporta solidez tanto desde el plano pedagógico como técnico. Además, permite que estas acciones resulten más sostenibles y adaptadas a los retos de la urbanización acelerada, según informa la Secretaría de Ambiente de Bogotá. Así, escuelas como El Porvenir emergen como núcleos de cambio para una transición ecológica necesaria en el contexto urbano moderno.
La participación activa y el entusiasmo de los estudiantes, quienes esperan ver creciendo a sus “guardianes verdes” hasta la culminación de sus estudios, reflejan la interiorización de valores de sostenibilidad y la esperanza depositada en la juventud como promotora de soluciones ante los desafíos ambientales contemporáneos.
¿Qué retos enfrenta la renaturalización de colegios en zonas urbanas?
La transformación de los colegios en espacios renaturalizados implica numerosos desafíos propios de los entornos densamente urbanizados. Entre los principales obstáculos figuran la falta de espacio disponible para realizar plantaciones, la adaptación de especies a suelos alterados por la urbanización y el mantenimiento a largo plazo de las áreas verdes en contextos escolares. Estas dificultades requieren una colaboración constante entre las instituciones educativas, órganos de gobierno locales y actores científicos, como el Jardín Botánico de Bogotá, para garantizar el éxito de las intervenciones.
Los retos también involucran la sensibilización de las comunidades escolares sobre la importancia de los servicios ecosistémicos y el papel de la vegetación urbana en la mitigación del cambio climático. La sostenibilidad de estos programas depende de la apropiación y el compromiso continuado tanto de estudiantes como de profesores, junto con el respaldo técnico e institucional que permita superar las limitaciones estructurales y ambientales propias de las ciudades grandes.
¿Qué significa “servicios ecosistémicos”?
El término “servicios ecosistémicos” se refiere a los beneficios que las personas obtienen de los ecosistemas naturales, como la purificación del aire, la regulación climática, la polinización y el soporte para la biodiversidad. En el contexto de los programas de adaptación climática en colegios, estos servicios abarcan funciones vitales ejercidas por los árboles y plantas en entornos urbanos.
Por ejemplo, además de embellecer espacios escolares, las especies vegetales filtradas por expertos proporcionan sombra, contribuyen a regular la temperatura en las aulas y patios, y mejoran la calidad ambiental al captar contaminantes. Estos beneficios, explicados por los especialistas del Jardín Botánico de Bogotá durante las charlas a los estudiantes, sostienen la importancia de los proyectos de renaturalización escolar como aporte fundamental a la salud y al bienestar comunitario.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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