Este miércoles, después de que el país celebrara el Día de la Independencia, y de que se viviera un agitado inicio del nuevo Congreso de la República, los vándalos encapuchados de la ‘primera líneavolvieron a hacer de las suyas en el sector del Portal de Las Américas, ya perjudicado por sus acciones violentas meses atrás.

Desde cuando los encapuchados prácticamente se apoderaron de ese sector del occidente de Bogotá, aprovechando las legítimas y pacíficas protestas en el marco del paro nacional, los vecinos han manifestado su preocupación no solo por la disparada en los niveles de inseguridad, sino porque esa situación desvalorizó sus predios.

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Pese a que las autoridades de la ciudad habían dado un parte satisfactorio después de desarrollar puestos de mando unificado en la zona y actividades con la comunidad para escuchar sus reclamos, la zozobra regresó de la mano de los vándalos que, y eso queda una vez más demostrado, tienen atenazada es parte de la capital.

Lo más grave es que, de acuerdo con lo expresado por el coronel Hebert Benavídez, subcomandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, en los desórdenes en el Portal de Las Américas participaron niños que fueron instrumentalizados por los cabecillas de los disturbios.

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“Hemos visto la presencia de menores de edad en estos sitios, que están siendo utilizados, pero también están siendo afectados en su integridad”, dijo el oficial en el primer parte de la situación. “Los invitamos [a los padres de familia] para que hagamos todo un cuidado frente a nuestros menores de edad”.

Benavídez relató que, pese a que hubo un intento de mediación por parte de los gestores de convivencia, no condujo a buen término y a eso de las 8:00 de la noche se produjeron alteraciones del orden público con varias afectaciones.

Por eso, “se vio la necesidad de hacer la intervención con nuestro Escuadrón Móvil Antidisturbios [Esmad], toda vez que también fueron atacados con objetos contundentes, igualmente con elementos pirotécnicos y con elementos explosivos”, agregó el oficial.

En su balance indicó que esta intervención dejó cuatro policías lesionados que fueron valorados y en este momento están siendo asistidos. También hubo dos capturados y algunos de los manifestantes heridos.

Además de los lesionados y de los capturados, después de que se disipó el humo de los enfrentamientos, lo que quedó fue, nuevamente, la desolación y el desamparo que viven los habitantes del sector, principalmente los del barrio Chicalá, que ven cómo el sosiego nada que llega a su vecindario y el valor de sus viviendas se sigue desplomando.