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El viernes 10 de octubre de 2025, Pereira vuelve a implementar la medida de pico y placa, que restringe la circulación de vehículos cuyas placas terminan en 8 y 9, así como de motocicletas cuyos números iniciales coinciden, desde las 6:00 a.m. hasta las 8:00 p.m. en la mayoría de la ciudad. A simple vista, se trata de una disposición rutinaria para organizar el tránsito. Sin embargo, esta normativa refleja una realidad más profunda, donde se entrelazan decisiones urbanísticas, problemáticas ambientales y desigualdades sociales.
La historia del pico y placa en Pereira se remonta a la década de 1990, cuando la ciudad enfrentaba una congestión vehicular creciente y se encendían las alarmas por la deteriorada calidad del aire, según el Instituto de Estudios Urbanos (IEU) de la Universidad Nacional. Este organismo destaca que Pereira se adelantó incluso a ciudades capitales al aplicar este tipo de restricciones. No obstante, la regulación no ha estado exenta de cuestionamientos. Un análisis publicado en la revista “Transportation Research Part D” en 2023 advierte que aunque la medida puede aliviar la congestión durante cortos periodos, sus beneficios pierden fuerza si no van acompañados de inversiones en transporte público y opciones verdaderamente sostenibles.
El impacto ambiental continúa siendo motivo de alarma. Reportes oficiales de la Corporación Autónoma Regional de Risaralda (CARDER) evidencian que los niveles de partículas contaminantes (PM2.5 y PM10) exceden los umbrales sugeridos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en sectores de la ciudad, incluso con la restricción vigente. Voces expertas recogidas por La Patria señalan que la clave está en robustecer el sistema de transporte público y fomentar medios alternativos como la bicicleta.
En el plano social y económico, la desigualdad se percibe en la manera en que diferentes grupos se ven afectados. Conductores de plataformas y pequeños empresarios han reportado a El Espectador reducciones de hasta un 30% en sus ingresos diarios por la medida. Por el contrario, sectores de altos ingresos logran evitar la restricción mediante la compra de un segundo vehículo o haciendo uso de excepciones legales, acentuando así desigualdades históricas. Además, el crecimiento del parque automotor, que según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) aumentó un 22% en los últimos cinco años en Pereira, cuestiona la eficacia a largo plazo de esta política.








Frente a este panorama, urbanistas como Carlos Moreno apuntan a la necesidad de modernizar la gestión de la movilidad, apostando por sistemas inteligentes que utilicen datos en tiempo real y consulten a la ciudadanía, experiencias que ciudades como Bogotá y Medellín ya exploran. Pereira, en cambio, avanza de forma incipiente en la discusión sobre sistemas inteligentes de pico y placa y la integración de alternativas sostenibles.
Así, el pico y placa en Pereira sigue siendo una herramienta imprescindible, aunque limitada. Según las fuentes citadas, su sostenibilidad a futuro dependerá de integrar políticas públicas más amplias, que promuevan soluciones equitativas y respirables para los ciudadanos, y atiendan de manera prioritaria el crecimiento del parque vehicular y la calidad del aire.
¿Por qué la restricción de pico y placa no reduce de forma significativa la contaminación del aire? La pregunta es relevante porque muchos ciudadanos y autoridades depositan grandes expectativas en esta medida para mejorar la situación ambiental. Sin embargo, datos de la Corporación Autónoma Regional de Risaralda (CARDER) confirman que, pese al pico y placa, las partículas contaminantes en Pereira siguen por encima de los niveles recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta realidad pone de manifiesto que la restricción únicamente limita el uso de determinados vehículos en ciertos días, sin atacar el origen multifactorial de la polución, que incluye el estado de la flota automotriz, el abuso del automóvil y la falta de opciones de transporte limpio.
¿Qué alternativas existen para mejorar la movilidad en Pereira más allá del pico y placa? Esta inquietud surge a raíz de la limitada eficacia de la restricción y los impactos socioeconómicos que profundizan las inequidades urbanas. Voces de expertos, como las consultadas en La Patria y por Carlos Moreno, proponen fortalecer el sistema de transporte público, fomentar los medios no motorizados como la bicicleta, e incorporar sistemas inteligentes para regular de forma dinámica el tránsito. Sin una visión integral, las soluciones parciales como el pico y placa serán insuficientes ante el ritmo de crecimiento urbano y automotor.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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