Cuando Colombia redondea una semana de protestas como consecuencia del paro nacional convocado contra la reforma tributaria que ya fue retirada, el senador Gustavo Petro volvió a pronunciarse en lo que él denomina su “segunda alocución”, para difundir su particular perspectiva de lo que está pasando en el país.

Vuelve a llamar la atención que califique su comunicación como “alocución”, un término que el diccionario de la RAE define así: “Discurso o razonamiento breve por lo común y dirigido por un superior a sus inferiores, secuaces o súbditos”. De hecho, así se denominan, por lo general, las intervenciones de los presidentes en ejercicio.

En todo caso, Petro dirige sus palabras “a toda la Nación Colombiana. Al comité de Paro, al soldado, al policía y al manifestante, al presidente Duque”, para asegurar que la situación que vive el país es resultado básicamente de dos factores: un Gobierno débil de Iván Duque que le “entregó la cúpula” de las fuerzas armadas a Álvaro Uribe y un mal manejo de la economía.

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Hoy Duque “es prisionero de Uribe”, pues “no solo le entregó la fuerza pública (las armas), sino que le entregó el dinero: el ministro [Alberto] Carrasquilla solo obedecía a Uribe y a los banqueros”, dice el líder de la Colombia Humana en su intervención, difundida por Twitter.

Desde su perspectiva, el senador busca sacudirse de la responsabilidad que varios le achacan en la agitación que vive el país, y, como es natural, dirige los focos hacia sus contradictores y enemigos de siempre, contra quienes se ha manifestado en diferentes oportunidades: la clase política tradicional (especialmente Uribe) y los banqueros y los industriales.

Ahora buscan culpables. Tratan de volverme responsable. Como si desde el principio no les hubiéramos advertido del inmenso error que cometían”, dice el senador, y agrega que “la respuesta de Duque a la enorme protesta social que él mismo desató, es el Ejército y la Policía”.

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Han desatado la barbarie en Colombia. Asesinan a nuestro pueblo. Recorren las calles buscando a quién disparar, a quién dañar sus ojos, a quién torturar y violar, a quién desaparecer. Y, aun así, con tanta barbarie desatada, hoy hay que salvar a Duque de Uribe“, dice Petro.

También dice que decidió hablar de nuevo pensando en la “paz social y el predominio de la vida”, y propone derogar la reforma tributaria del 2019, con lo que, según Petro, el Estado podría volver a recibir de 9 a 15 billones de pesos anuales, “con los cuales re reduce sustancialmente el déficit presupuestal y se calman los mercados”.

Para Petro, Colombia está al borde del “punto de no retorno” en el que “la sociedad puede levantar la bandera de la renuncia Duque y el adelanto de elecciones”. Esta expresión no se entiende si es resultado de su análisis o una nueva consigna, como cuando trinó que se debía hacer sentir que el paro podía ser indefinido y, efectivamente, las protestas en Colombia ya cumplen ocho días, en el último de los cuales, solo en Bogotá, dejaban 91 heridos, 19 de ellos policías entre los que se contaban los que vándalos intentaron quemar dentro de un CAI.

El senador aboca el tema de los muertos que están dejando las protestas, y que incluso han llamado la atención de organismos internacionales que piden evitar el uso de la fuerza desmedida, y lo pone en un plano en el que la única solución podría ser una huelga general.

“Y Duque, o quien lo sustituya [en la eventual renuncia del presidente que considera Petro], puede disparar las armas contra el pueblo”, dice el líder de la izquierda, y plantea que “aún eso es evitable”, por lo que, entonces, él quiere dirigirse “a la nación colombiana”.

“Le pido al comité de paro reorganizar la movilización, volver a colocar fechas precisas, permitir que las asambleas populares integren su instancia, determinar los objetivos concretos que se piensan conseguir”, dice en tono imperativo. “Si se piensa en el cese de actividades, la huelga general, se expondrá menos a la población a las balas”.

Según Petro, “lo que quieren hoy es enfrentar pueblo con Policía y Ejército para tener la excusa de un golpe de Estado que impida las elecciones que van a perder”. Pero continúa con una perspectiva terrorífica en la que apela a la mención de los muertos como elemento de persuasión: “Van a sacrificar al Duque débil y vendrá una suspensión del Estado de Derecho con muchísimos más muertos por delante”.

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Para Petro, en las manifestaciones “no está el terrorismo y el narcotráfico”, como, por ejemplo, lo advirtió este martes el Fiscal General de la Nación ante la grave situación de orden público que sacude a Cali, sino “la Constitución y la patria”.