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Luego de haber sido aparentemente amenazado por una de las estructuras criminales que delinque en el sector La Capilla, de Belén, Cristián Camilo Castañeda Zapata se fue del barrio a vivir a Robledo, noroccidente de Medellín.
A pesar que este joven, de 29 años de edad, se encontraba caminando en muletas, contaba con el beneficio de detención domiciliaria y estaba supuestamente advertido por un grupo de delincuentes, pero el pasado jueves regresó al barrio a la casa de su madre.
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Quizás confiado, este joven quien se encontraba a la espera de una cirugía, salió de la casa pasadas las 11:00 a.m. del lunes, 5 de marzo, a cumplir una cita médica, caminó por uno de los callejones, pero cuando llegó a la calle 9A sur con la carrera 82, cerca a un puente de madera que conduce al sector de Rodeo Alto, fue baleado; “nosotros estábamos en el salón y escuchamos los disparos”, dijo un menor en voz alta, mientras las autoridades llevaban a cabo la inspección técnica al cuerpo.
Pero no fue un ataque cualquiera, a Cristián Camilo lo atacaron con sevicia y prueba de ello fueron las 28 heridas de bala. En cuanto a los responsables, estos huyeron en cuestión de segundos por los callejones aledaños.
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Sin embargo, la fuga habría podido quedar registrada en algunas cámaras de seguridad públicas instaladas en el barrio. Para ello, investigadores de la Policía recolectaron las grabaciones en busca de pistas que permitan dar con el responsable del asesinato.
Con el pasar de los minutos la situación se convirtió en drama. A la escena del crimen llegó una de sus hermanas y rompió en llanto apenas vio a su ser querido tirado sobre la acera. En medio del dolor, le dijo: “Cristián párate por favor, te lo suplico”.
Algunos familiares se acercaron, abrazaron a la mujer y trataron de consolarla, pero no fue posible porque se encontraba devastada.
El cuerpo fue embalado, montado en una camilla y llevado hasta la necrómovil. Hasta allí fue su hermana llorando y pidiéndole a Cristián que se colocara de pie.
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