Por: LA CRONICA DEL QUINDIO

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Este artículo fue curado por pulzo   Nov 9, 2025 - 11:43 pm
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En la ciudad de Calarcá, existe un establecimiento popularmente conocido como ‘Pocalucha’, nombre curioso que ha marcado la identidad tanto del negocio como de su propietario, Carlos Alberto Jaramillo Jaramillo. Este lugar se ha hecho famoso por la venta de productos como kumis, avena y ponche, pero más allá del menú se esconde una historia de dedicación y conexión humana. Carlos Alberto, con su trato cercano y habilidad para tejer relatos con sus clientes, ha logrado más que sólo alimentar: ha construido una experiencia en torno a la gastronomía local, según información de Crónica del Quindío.

El origen del apodo ‘Pocalucha’ proviene de una frase que Carlos Alberto repetía a sus allegados: “Hombre ‘Poca lucha’, deja de trabajar tanto que eso te hace daño…”. Esta expresión, cargada de ironía, terminó siendo el distintivo de un hombre que, lejos de evadir el esfuerzo, creó un emprendimiento basado en la perseverancia y la entrega. Así, el nombre del negocio es tanto un guiño cómplice como una marca de identidad que ha acompañado el crecimiento de su empresa y de su familia.

Sin embargo, el verdadero secreto detrás del éxito de ‘Pocalucha’ no se limita únicamente al esfuerzo. Según lo relatado por el propio propietario, existe un “toque secreto” no sólo en las recetas sino también en la forma en que atiende a quienes lo visitan. Este factor humano es esencial: Jaramillo Jaramillo disfruta escuchar y compartir historias, logrando que cada interacción trascienda la mera venta y se convierta en una experiencia única para el cliente. Ha expresado que tiene un “toque secreto para cada uno”, lo que ha resultado clave para sostener un negocio próspero y brindar estabilidad a su familia.

En cuanto a la oferta gastronómica, la especialidad de la casa incluye kumis, ponche, avena, empanadas, pasteles, cuca y chocorramos. El kumis, bebida láctea fermentada tradicional, se produce a diario, mientras que el ponche, preparado cada dos días, al igual que la avena, requiere de un proceso especial de tratamiento y conservación para mantener su frescura. El equilibrio entre fórmulas heredadas y creaciones propias le han permitido a ‘Pocalucha’ destacarse como comerciante e innovador frente a su clientela.

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Finalmente, el trayecto de Carlos Alberto Jaramillo Jaramillo evidencia cómo la perseverancia y el trato cálido pueden convertir un apodo surgido como broma en un símbolo de éxito y progreso. Al transformar lo cotidiano en especial, su historia motiva a pensar en los valores detrás de los pequeños emprendimientos familiares y el impacto que pueden tener en la comunidad.

¿Por qué se valora tanto la atención personalizada en negocios locales?

La atención personalizada, como la que brinda ‘Pocalucha’, representa un elemento distintivo en los comercios locales. Este enfoque consiste en reconocer la individualidad de cada cliente y adaptar la experiencia de servicio a sus preferencias y necesidades, lo que refuerza el vínculo entre el establecimiento y la comunidad. Al compartir historias y dar un trato único, el comerciante genera lealtad y confianza, diferenciando su oferta en un entorno altamente competitivo.

Este tipo de atención ha sido valorada tradicionalmente porque fortalece las relaciones humanas e impulsa el éxito sostenible de negocios familiares. En muchos casos, la cercanía y el entendimiento personal contribuyen a la satisfacción del cliente y al desarrollo económico del entorno, confirmando cómo la conexión directa puede ser tan importante como la calidad del producto ofrecido.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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