Por: EL PILON SA

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Este artículo fue curado por Andrea Castillo   Sep 4, 2025 - 6:38 am
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Kaleb Villalobos, anterior director de la Corporación Autónoma Regional del Cesar (Corpocesar), ha iniciado formalmente su aspiración al Congreso de la República a través de la Circunscripción Especial de Negritudes. Esta figura legislativa se instituyó en Colombia con el propósito de otorgar mayor presencia política a las comunidades afrodescendientes, mediante la asignación de dos curules en la Cámara de Representantes. Villalobos busca el aval del Consejo Comunitario de Negritudes Los Cardenales, en Guacoche, corregimiento de Valledupar, un territorio emblemático para la comunidad afro de la región y que simboliza resistencia y organización social.

La Circunscripción Especial de Negritudes fue creada por el Estado colombiano para asegurar una participación real y efectiva de los afrocolombianos en el ámbito legislativo nacional. Estos escaños, elegidos mediante voto nacional, requieren que los candidatos cuenten con el respaldo formal del Ministerio del Interior y el aval de organizaciones afrodescendientes debidamente reconocidas. En la actualidad, las curules las ocupan Miguel Polo Polo y Ana Rogelia Monsalve, reflejando así la amplitud y diversidad cultural de la población afro en el país, como lo detallan documentos oficiales y reportes periodísticos de El Pilón y del DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística).

Villalobos posee una trayectoria política considerable. Además de su gestión al frente de Corpocesar —entidad crucial en la administración ambiental regional—, conserva una red de influencia local, según fuentes de El Pilón, que aún se percibe en la actual administración de la corporación a través de Adriana García. Su participación como candidato a la Gobernación del Cesar tanto en 2019 como en 2023 pone de manifiesto una continuidad estratégica en el ámbito público, así como un interés persistente en representar a comunidades afrodescendientes en espacios de decisión nacional y regional.

El lanzamiento de su campaña abarca varios municipios de Cesar, La Guajira y Magdalena, con el objetivo de unir territorios y comunidades afro, y así fortalecer su posición para alcanzar el aval de colectividades como Los Cardenales. La legitimidad de estos consejos comunitarios, reconocida oficialmente por el Ministerio del Interior, resulta indispensable para validar cualquier candidatura en la Circunscripción Especial de Negritudes bajo la normativa vigente.

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La importancia de este contexto no puede desligarse del trasfondo histórico y social en el que se inscribe la Circunscripción Especial. Según reportes del DANE y análisis de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la representación política afrocolombiana es un tema clave, dada la magnitud de los desafíos sociales—entre ellos, pobreza y discriminación—que enfrentan estas comunidades en Colombia. Por ello, la figura representa una alternativa democrática y un espacio de incidencia para el reconocimiento de los derechos y necesidades de las poblaciones afrodescendientes.

La campaña de Villalobos resalta cómo los consejos comunitarios y organizaciones afrocolombianas se han posicionado como nuevos actores políticos decisivos en el escenario nacional. Así, el avance de su candidatura refuerza no solo su perfil como líder regional, sino también la importancia creciente de la inclusión étnica en la política colombiana, acorde con las recomendaciones internacionales sobre participación política diversa.

Este panorama permite analizar la candidatura de Villalobos como parte de un movimiento más amplio orientado a fortalecer la democracia y superar las inequidades históricas en representación, en especial para las comunidades afro de la región Caribe y de Colombia en general.

¿Cómo se eligen exactamente los candidatos de la Circunscripción Especial de Negritudes?
Para postularse a las curules de esta circunscripción, es indispensable que los candidatos obtengan el aval de organizaciones afrodescendientes registradas ante el Ministerio del Interior. Tras ello, participan en una elección nacional abierta en la que cualquier ciudadano colombiano puede votar, independientemente de su pertenencia étnica. Esta singularidad busca facilitar el acceso de liderazgos afrodescendientes al Congreso y es resultado de una evolución normativa y social, según datos del Ministerio del Interior y reportes de prensa nacionales. La transparencia y legalidad en el proceso de aval son fundamentales para legitimar la participación de los representantes elegidos y fortalecer la confianza en el proceso democrático.

¿Qué retos enfrenta la población afrocolombiana en la representación político-legislativa?
La historia de la participación afrocolombiana en el Congreso revela numerosos obstáculos, como la ausencia histórica de escenarios de incidencia real y la persistencia de brechas sociales y económicas. Los registros del DANE destacan la alta concentración de pobreza y marginación en zonas habitadas por población afro, lo que contrasta con la escasa influencia legislativa. Por otro lado, los desafíos incluyen garantizar la pertinencia y eficacia de la representación, ya que la diversidad al interior de las comunidades exige que quienes ocupen las curules respondan a las necesidades reales y diversas del colectivo afrodescendiente, un reto subrayado en análisis académicos y por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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