“Es mejor irse de este mundo con el menor número de enemigos posibles”, dijo el expresidente Juan Manuel Santos en una entrevista con Efe, en la que abrió de nuevo la posibilidad de encontrarse con el expresidente Álvaro Uribe: “Tengo una conversación pendiente con él”.

Santos está en Madrid junto a la política Íngrid Betancourt presentando el último libro en el que participa, titulado ‘Una conversación pendiente’ (Planeta). Una obra que recoge más de cuarenta horas de diálogo durante quince meses con la mujer que ayudó a liberar de su secuestro por parte de las Farc en 2008, a través de la ‘Operación Jaque’, cuando aún era ministro de Defensa en el gobierno de Álvaro Uribe.

“Íngrid fue secuestrada y torturada durante seis años, y respaldó entusiastamente el Acuerdo de Paz (2016). Es una señal para la reconciliación del pueblo colombiano y una historia maravillosa que había contar“, dijo Santos sobre el origen del libro, que nació hace un par de años en un encuentro entre ambos en un pub de Oxford, ciudad en cuya universidad impartía clase el expresidente y donde Betancourt estudiaba teología.

Lee También

Santos también se declaró seguidor de la conocida metáfora del ‘jarrón chino’ que el expresidente español Felipe González introdujo hace años para referirse a su rol ya fuera del circuito político. Sin embargo, en la práctica Santos sí se pronuncia sobre la gestión de su sucesor, Iván Duque.

“No se podía controlar esas manifestaciones [del paro nacional] con represión. Faltó diálogo y empatía al judicializar a sus líderes y acusarlos de estar infiltrados por la guerrilla“, dijo, en alusión a la gestión del actual presidente sobre las movilizaciones masivas de abril y mayo.

Asimismo, dijo acerca de los Acuerdos de Paz —que él mismo promovió para desmovilizar y desarmar a las Farc—, que “aunque estaba obligado constitucionalmente”, desde el gobierno de Duque “se pudo hacer mucho más” para seguir implementando el acuerdo.

No se han cumplido las garantías de seguridad a exmiembros de las Farc, que han sido asesinados en estos tres años“, aseveró el expresidente, luego de exponer que desde la extinta guerrilla “sí están respetando su compromiso”.

(También puede leer: Mala vibra entre expresidentes habría tumbado reunión a la que los convocó Duque)

Me acusaron de financiarme con Odebrecht, pero a esa empresa en mi gobierno les fue como a los perros en misa; participaron de un contrato sobre 250 licitaciones”, aseguró, sobre las acusaciones en su contra en el sentido de que Odebrecht financió su campaña.

Pero la Comisión de Acusaciones y el Consejo Nacional Electoral archivaron hace un mes la investigación que presuntamente vinculaba su campaña electoral de 2014 con la corruptora constructora brasileña.

En esta línea de reconciliación con su país, hace tres meses Santos pidió perdón a las víctimas de los falsos positivos (civiles asesinados por militares que eran presentados como guerrilleros) durante una comparecencia en la Comisión de la Verdad, entidad pública fundada en 2017 que persigue el esclarecimiento del conflicto.

Ahora, muestra una imagen de sí mismo más liberada de su pasado e incluso bromea con escribir un libro sobre su relación con Hugo Chávez, que llegó a decir en 2010 que habría “una guerra” entre Venezuela y Colombia si Santos alcanzaba la presidencia.

No obstante, recuerda a Chávez como una figura importante en el Acuerdo de Paz, alguien que “cumplió como aliado” y al que convenció usando como ejemplo “la relación entre Gorbachov y Reagan”.

“Cuando murió, acabé prestando guardia en su féretro junto al presidente de Irán y demás amigos de Chávez”, rememora en tono de humor.