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La Institución Educativa Jaime Duque Grisales, ubicada en el municipio de Villamaría, Caldas, enfrenta serios problemas de infraestructura y condiciones sanitarias que han puesto en riesgo la seguridad y bienestar tanto de los estudiantes como del personal docente. Desde septiembre de 2023, tras el colapso de un cielorraso en un aula durante una clase de educación física, se han multiplicado los desprendimientos de techos y corredores. Estos episodios críticos han sido, además, agravados por la proliferación de una plaga de palomas que ha ocupado las estructuras del plantel, lo que ha desencadenado focos de contaminación y enfermedades respiratorias y gastrointestinales en la comunidad educativa, como se detalla en el reportaje de La Patria.
Las autoridades municipales, representadas por la Alcaldía de Villamaría y la Secretaría de Educación, intentaron solucionar parte de la problemática en 2023 mediante sustituciones de techos de machimbre por láminas de PVC. Sin embargo, según lo expuesto por Claudia Patricia Vargas, secretaria de Educación, esta intervención técnica facilitó la llegada masiva de palomas, que, al anidar y acumular excrementos, añadieron peso extra a las estructuras, contribuyendo a los daños y posteriores desprendimientos. Aunque se pusieron en marcha medidas preventivas para controlar la presencia de aves, los daños estructurales persistieron, lo que obligó a clausurar ciertos espacios y modificar los horarios. La primaria funciona en un edificio nuevo, gracias al aporte del Fondo de Financiamiento de Infraestructura Educativa (FFIE), pero secundaria y media siguen afectadas, según La Patria.
Este caso se inserta en una problemática mayor que atraviesa la educación pública colombiana, donde la precariedad de la infraestructura escolar es una constante. Un informe presentado por la Contraloría General de la República en 2024 revela que aproximadamente el 30% de los colegios públicos del país presentan condiciones críticas en su planta física, resultado de décadas de baja inversión y escaso control en la ejecución de obras. Por su parte, el Instituto Nacional de Salud ha determinado que la presencia de palomas en entornos escolares expone a estudiantes a hongos, bacterias y virus, lo que eleva la incidencia de afecciones respiratorias y gastrointestinales y puede afectar la asistencia y el desempeño académico.
De acuerdo con el Instituto Colombiano de Normas Técnicas y Certificación (ICONTEC), el uso de materiales inapropiados, sumado a diseños poco adecuados para el entorno, favorece la humedad, la presencia de plagas y el deterioro progresivo. Este organismo recalca la necesidad de planes continuos de mantenimiento y control ambiental en las instituciones educativas públicas para garantizar infraestructura duradera, buenas condiciones de ventilación y protección ante invasores biológicos.




La situación en Jaime Duque Grisales ha obligado a las autoridades a destinar recursos para la recuperación estructural y la reducción del riesgo sanitario. No obstante, especialistas y experiencias en otros municipios como Manizales y Armenia, citadas por La Patria, señalan que la solución depende de una estrategia interinstitucional que incluya seguimiento riguroso, procesos participativos y políticas sostenibles. Solo así se puede garantizar que la escuela sea un lugar seguro y saludable, reafirmando así el derecho a una educación digna para niños y jóvenes de Villamaría.
¿Qué efectos tienen las plagas de palomas en la salud escolar?
El interés por los impactos de las plagas de palomas en entornos académicos surge por la reiteración de episodios como el de Jaime Duque Grisales. Según lo reportado por el Instituto Nacional de Salud, las palomas pueden ser huéspedes de múltiples patógenos, cuyos excrementos y plumajes dispersan microorganismos que provocan afecciones respiratorias —como asma, bronquitis y gripa—, así como enfermedades digestivas, como la gastroenteritis. Estas condiciones afectan en particular a niños y adolescentes, incrementando el ausentismo y dificultando su desarrollo normal en el aula.
Adicionalmente, las consecuencias sobre la infraestructura escolar no son únicamente sanitarias. El peso acumulado por los nidos y excrementos de palomas debilita techos y estructuras, potencializando el riesgo de colapsos como los registrados en Villamaría. Por este motivo, el control de plagas y la incorporación de soluciones arquitectónicas y de mantenimiento periódico han sido destacadas como prioritarias en informes oficiales y recomendaciones técnicas de entidades como ICONTEC y la Contraloría General de la República.
¿Por qué la adecuada inversión en mantenimiento escolar es crucial?
El deterioro y colapso de infraestructura escolar, como experimenta la institución Jaime Duque Grisales, muestra que el mantenimiento insuficiente puede tener consecuencias graves y generalizadas. Según la Contraloría General de la República, uno de los principales problemas de la educación pública es la baja asignación de recursos para el seguimiento y conservación de los colegios. El mantenimiento periódico previene riesgos estructurales, evita sobrecostos a futuro y garantiza tanto la integridad física de los usuarios como el correcto desarrollo de las actividades académicas.
Además, la adecuada gestión del mantenimiento contribuye a crear ambientes que favorecen el aprendizaje y protegen la salud, ya que previene la proliferación de plagas, mejora la ventilación y reduce la incidencia de enfermedades asociadas a factores ambientales. Por ello, organismos como ICONTEC subrayan la urgencia de fortalecer la planeación y presupuestación de estos procesos para asegurar que la infraestructura educativa cumpla su función social y garantice los derechos de la niñez y juventud.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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