La Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), entidad que acompaña la transición a la vida civil de los excombatientes de los grupos guerrilleros y paramilitares, continúa acéfala.

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El 16 de agosto, una semana después de la llegada de Gustavo Petro a la Presidencia, se conoció la renuncia de Andrés Stapper, quien tomó las riendas de la ARN desde 2018. Sin embargo, tras casi cuatro meses de su salida del cargo, el jefe de Estado no ha nombrado director en propiedad.

Apenas en las últimas semanas se ha ido terminando de completar la baraja de designaciones en entidades relacionadas con la implementación del Acuerdo de Paz, como la Agencia de Renovación del Territorio y la Dirección de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito (DSCI), cuyas cabezas se posesionaron el 25 de octubre y el 6 de diciembre, respectivamente.

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No obstante, aún no hay claridad sobre cuándo se nombrará director en la ARN. Fuentes de la Presidencia de la República aseguraron que “es una decisión del presidente Petro y él todavía no la ha tomado”.

Aunque tras la salida de Stapper fue designado como director encargado Luis Alberto Donoso, en el interior de la agencia hay preocupación por la falta de un nombramiento definitivo.

De hecho, funcionarios de la entidad le dijeron a Colombia+20 que ya se han presentado recortes de personal en equipos regionales, a lo que se suman las salidas de asesores de alto nivel y coordinadores de algunas áreas de la entidad.

En total, de acuerdo a los registros del SIGEP, la Agencia de Reincorporación tiene 1.360 empleados: 353 nombrados y 1.007 contratistas. Según conoció este diario, el próximo 15 de diciembre se terminan los contratos de decenas de ellos, y hasta ahora no les han dado respuesta sobre si serán renovados o no.

Si bien la Agencia de Reincorporación avanza en su labor, es necesaria la designación de su dirección para realizar los ajustes correspondientes a la ruta de reincorporación, así como para atender las alertas sobre la misma

La falta de nombramientos clave en las entidades fue uno de los temas que la Fundación Ideas para la Paz (FIP) mencionó dentro de sus alertas a Petro para acelerar la implementación del Acuerdo de Paz.

“Si bien la Agencia de Reincorporación avanza en su labor, es necesaria la designación de su dirección para realizar los ajustes correspondientes a la ruta de reincorporación, así como para atender las alertas sobre la misma”, explicó Irina Cuesta, investigadora del área de Conflicto y Violencia organizada de la FIP.

Por lo pronto, según comentó una fuente del Gobierno, lo más seguro es que ese nombramiento no se dé en lo que queda de 2022.

Más de 43.000 personas participan de procesos de la ARN

En buena medida, la preocupación por la ausencia de director en propiedad de la ARN está relacionada con el alto número de personas a las que le brinda acompañamiento la agencia.

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Esta entidad se encarga de los programas de reintegración (creado para desmovilizados de grupos paramilitares) y reincorporación (enfocados en excombatientes de las Farc), que suman 43.833 beneficiarios.

La agencia se creó en 2003, cuando se conoció como Programa de Reincorporación a la Vida Civil (PRVC), que en 2006 pasó a llamarse Alta Consejería para la Reintegración. Luego, en 2011, se transformó en la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR), y seis años más tarde, en 2017, tras la firma del Acuerdo de Paz con las Farc, empezó a funcionar como Agencia para la Reincorporación y la Normalización.