El próximo 19 de octubre, Colombia vivirá una jornada electoral enfocada en fortalecer la participación juvenil con la elección de los Consejos Municipales y Locales de Juventud. Este proceso, abierto a jóvenes entre 14 y 28 años, busca ofrecer una representación directa ante autoridades locales, permitiendo que esta franja etaria influya en la formulación y seguimiento de políticas públicas en ámbitos como educación, empleo, cultura, medio ambiente y participación ciudadana. Según el último informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), estos consejos ofrecen un mecanismo concreto para que la juventud incida activamente en la vida política del país.
Los miembros electos de los Consejos de Juventud no cumplen un papel meramente decorativo. Al contrario, tienen la tarea fundamental de incidir directamente en la gestión pública de sus municipios y localidades, proponiendo iniciativas y asegurando que las políticas diseñadas respondan de manera efectiva a las necesidades de las juventudes. Esto adquiere particular importancia en Colombia, donde la desconfianza en las instituciones y la baja motivación para participar política han caracterizado tradicionalmente a los sectores más jóvenes. Diversos expertos en participación ciudadana —como se destaca en el Observatorio de Democracia y Participación Ciudadana de la Universidad Nacional de Colombia— sostienen que estos espacios pueden fomentar el liderazgo y formar futuros referentes comprometidos con el desarrollo de sus comunidades.
Un elemento central de estos comicios es que la convocatoria incluye a todos los jóvenes inscritos en el respectivo censo electoral, independientemente de su filiación política o pertenencia a organizaciones juveniles. Esta decisión ha sido valorada positivamente por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), ya que amplía radicalmente el acceso y democratiza la representación. De esta manera, se resalta el voto como una herramienta de empoderamiento y formación ciudadana, mientras se combate la desafección política tradicionalmente observada en América Latina.
La existencia y el fortalecimiento de los Consejos de Juventud responden a una tendencia regional apoyada por organismos internacionales como la ONU y la Organización de Estados Americanos (OEA). Ambos organismos coinciden en que proporcionar canales institucionales de participación contribuye de manera decisiva a prevenir la violencia social y a promover la paz, ubicando a la juventud como un actor clave en la búsqueda de una gobernanza inclusiva y sostenible. El establecimiento de estos espacios es, según el informe más reciente de la OEA, uno de los ejes estratégicos para evitar la exclusión y la marginalidad.




No obstante, los especialistas insisten en que el éxito de la iniciativa dependerá en gran medida de la capacitación continua de los jóvenes elegidos y del acompañamiento sistemático por parte de las entidades gubernamentales. Solo así podrán transformar sus inquietudes en propuestas concretas y ejercer un impacto real sobre el devenir de las políticas juveniles. Por eso, se recalca que los Consejos de Juventud no deben ser percibidos como un simple trámite electoral, sino como un pilar para fortalecer el tejido democrático desde lo local y consolidar a la juventud como un protagonista clave en la sociedad actual.
¿Cuáles son las funciones principales de los Consejos Municipales y Locales de Juventud?
Estos consejos tienen como responsabilidad representar a la juventud ante autoridades municipales y locales. Entre sus funciones principales se encuentran proponer iniciativas, participar en la formulación y seguimiento de políticas públicas dirigidas a los jóvenes y velar por que estas respondan a las necesidades reales de su población. Así se reconocen como instancias de interlocución directa, impulsando la incidencia y la representatividad de este sector dentro de la gestión pública local.
¿Por qué es relevante que jóvenes sin adscripción política puedan participar?
Permitir la participación de todos los jóvenes, independientemente de sus afiliaciones políticas, elimina barreras de entrada y promueve la construcción de ciudadanía inclusiva y plural. Esta decisión democratiza el acceso, fortalece el sentido de pertenencia y contribuye a combatir la apatía política. Diversos estudios han señalado que la apertura y diversidad en estos espacios favorecen el empoderamiento de las juventudes y pueden incidir positivamente en la reducción de la desafección política existente.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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