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La desaparición de Gómez Marín, quien trabajaba en el almacén Éxito de Fundadores y fue visto por última vez al salir a almorzar a las 12:30 del mediodía, pone en evidencia la compleja labor del periodismo en casos de personas desaparecidas. El joven, que vestía el uniforme institucional y dejó su morral en el lugar, no retornó ni a su empleo ni a su residencia. Detalles particulares como sus tatuajes, un perro pitbull en el brazo, un diseño en el costado derecho del tronco y letras en los dedos formando la palabra “Perry” han sido divulgados por su familia, junto a imágenes y números de contacto para recabar información, asunto reportado en el artículo original.
Abordar esta situación desde el periodismo profesional implica adoptar metodologías de investigación exhaustiva y ética. Según la periodista investigativa María Teresa Ronderos, es esencial trascender la narración de los hechos y buscar fuentes oficiales, testimonios directos y herramientas tecnológicas que permitan verificar la autenticidad de los datos. Apoyarse en recursos digitales como la plataforma Nina, creada por el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP), ayuda a cruzar información de bases de datos legales y oficiales, permitiendo identificar relaciones, antecedentes o patrones relevantes que aportan sustancia a la investigación.
La validez de la información cobra un rol indispensable ante la sensibilidad del tema. Es vital acudir a fuentes fiables, corroborar la precisión de cada elemento y evitar la reproducción de rumores o versiones no contrastadas. La transparencia y el compromiso con la verdad forman parte de la base ética del oficio, elementos ratificados por periodistas y medios reconocidos internacionalmente como Reuters, BBC o The Guardian, que han abordado el fenómeno de las desapariciones forzadas y los derechos humanos con rigor y profundidad.
Ampliar la perspectiva periodística exige además situar el caso en su contexto social y estadístico. Datos del Instituto Nacional de Medicina Legal y el Observatorio de Memoria y Conflicto muestran que Colombia reporta miles de desapariciones anualmente, muchas relacionadas con violencia armada, desplazamientos y conflictos urbanos. Este trasfondo sirve tanto para comprender la gravedad y frecuencia del problema como para resaltar la importancia de que existan mecanismos efectivos de búsqueda y protección coordinados entre autoridades estatales, sociedad civil y medios especializados.








Un tratamiento responsable del tema implica también escuchar y visibilizar las voces de la familia y comunidad afectadas por la desaparición, evitando caer en la revictimización y cuidando la dignidad de quienes viven esta experiencia. Además, abordar posibles consecuencias legislativas y sociales permite anticipar la necesidad de fortalecer respuestas institucionales para la prevención y atención de futuras desapariciones en el marco de los derechos humanos y la acción cívica.
La situación de Gómez Marín exige entonces un abordaje periodístico riguroso que, más allá de informar, contribuya a esclarecer el caso, contextualice la problemática y promueva la sensibilización pública. De este modo se fomenta una comprensión integral y, sobre todo, se sostiene la esperanza de hallar respuestas y mejorar los sistemas de protección ciudadana.
¿Cuál es el rol de los familiares en los procesos de búsqueda? Los familiares de personas desaparecidas suelen convertirse en actores principales dentro de los procesos de búsqueda. Al dar a conocer detalles físicos, imágenes y establecer canales de contacto para recibir información, contribuyen a amplificar la visibilidad del caso tanto en los medios de comunicación como en las redes sociales.
Su papel no solo es imprescindible para impulsar acciones ante las autoridades y la sociedad, sino que también ejerce presión para que se activen protocolos de búsqueda con mayor celeridad, además de proporcionar un elemento humano esencial que evita que la víctima sea reducida a una cifra estadística.
¿Qué significa “revictimización” en los casos de desaparición? El término “revictimización” se refiere al proceso mediante el cual las víctimas o sus familias experimentan nuevamente sufrimiento, ya sea a través de la cobertura mediática irresponsable o de acciones institucionales insensibles. Esto puede ocurrir si se divulgan detalles personales de manera morbosa o sin consentimiento adecuado.
En los casos de desaparición, la revictimización puede intensificar el dolor de los allegados y afectar su bienestar emocional, por lo que la ética periodística demanda un enfoque que privilegie el respeto y la humanidad al informar sobre estos hechos.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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