Luego de más de una hora de debate en la Comisión Primera de la Cámara de Representantes, el proyecto que busca prohibir las corridas de toros en Colombia fue aprobado en su primer debate y continua su camino al interior del Congreso de la República.

Esta es la tercera vez que el representante a la Cámara por Bogotá, Juan Carlos Losada (Partido Liberal), quien es el principal autor de este proyecto, insiste en esta iniciativa, que en legislaturas pasadas ha dado el paso y no ha logrado convertirse en ley.

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“Estamos muy felices de haber logrado este primer gran paso, necesitamos acabar de forma definitiva con las corridas que, bajo el manto de actividades culturales, incitan a la construcción de una sociedad violenta, las corridas de toros son expresiones de maltrato, crueldad y violencia”, dijo Losada.

Si el proyecto logra ser aprobado en sus cuatro debates, no solo quedarán prohibidas las corridas de toros, sino también otras prácticas taurinas como el rejoneo, novilladas, becerradas, tientas, encierros, suelta de vaquillas, festivales cómicos taurinos y de aficionados prácticos.

Adicionalmente, el Gobierno Nacional contaría con seis meses, una vez se expida la ley, para garantizar programas efectivos de reconversión económica para las personas que demuestren que sus ingresos y sustento económico principal, se derivan de las corridas de toros.

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Es importante agregar que este no es el único proyecto que busca dar reconocimiento a los animales como seres sintientes y prohibir las prácticas taurinas, pues hay otros como el que tiene como autora principal a la senadora Andrea Padilla (Alianza Verde), que busca prohibir progresivamente las corridas y otros eventos de entretenimiento cruel con animales como las peleas de gallos.

Solamente el Congreso puede prohibir estas prácticas, pues la Corte Constitucional, a través de la sentencia C-666 de 2010, dejó claro que aunque los alcaldes, como ya se ha hecho en Bogotá, tienen la capacidad de desincentivarlas o no dar los permisos si no se cumple con la normatividad. El Congreso está llamado a determinar si las actividades taurinas deben mantener su connotación cultural o si, por el contrario, debe darse su eliminación.

Igualmente, estos proyectos están soportados en la ley 1774 de 2016, que determino que los animales son seres sintientes, por lo que “recibirán especial protección contra el sufrimiento y el dolor, en especial el causado directa o indirectamente por los humanos”.