
La recolección de basuras en Bogotá vuelve a estar en el centro del debate. La Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico (CRA) rechazó la propuesta que presentó la Alcaldía, a través de la UAESP, para mantener el esquema de Áreas de Servicio Exclusivo (ASE) con algunos ajustes. Esa decisión cambia el panorama y deja en firme un modelo distinto: la libre competencia.
¿Qué fue lo que rechazó la CRA?
La Alcaldía quería mantener un modelo similar al actual, donde la ciudad se divide en zonas y a cada una se le asigna un operador único de aseo. La justificación era garantizar cobertura en todos los barrios, especialmente en los de bajos ingresos, y dar estabilidad a las empresas encargadas de la operación.
La CRA no avaló esta propuesta. Según la entidad, el Distrito no demostró que las ASE fueran indispensables para ampliar la cobertura ni que el esquema significara beneficios concretos para los usuarios, como tarifas más bajas o mayor eficiencia.




¿Qué modelo de basuras regirá ahora en Bogotá?
Con el rechazo de la CRA, lo que se aplica de inmediato es la libre competencia. Eso quiere decir que cualquier empresa autorizada podrá ofrecer el servicio de aseo en cualquier parte de la ciudad. Ya no habrá un operador exclusivo por zona, sino que los usuarios podrán escoger entre varias opciones.
En otras palabras, si antes un barrio estaba “amarrado” a un operador único, ahora los hogares, comercios o industrias podrán decidir a qué empresa contratar, de manera similar a lo que pasa con servicios como el internet o la telefonía.
¿Qué consecuencias puede traer este cambio?
La decisión abre varios escenarios:
- Más opciones para los usuarios: podrían aparecer nuevos operadores con diferentes propuestas en horarios, tarifas y programas de reciclaje.
- Competencia en precios y calidad: la presión del mercado obligaría a las empresas a mejorar sus servicios para retener y atraer clientes.
- Innovación: podrían surgir beneficios adicionales como descuentos por separar residuos en la fuente o planes especiales para comercios.
Pero también hay riesgos:
- Desigualdad en la cobertura: algunas empresas podrían concentrarse en zonas más rentables (estratos altos o sectores comerciales) y dejar de lado barrios populares.
- Problemas logísticos: varias compañías podrían coincidir en las mismas calles con sus camiones, generando congestión y mayor desgaste de vías.
- Necesidad de mayor vigilancia: tanto la Alcaldía como la CRA deberán garantizar que todos los ciudadanos reciban el servicio, sin importar su ubicación o capacidad de pago.
¿La Alcaldía puede volver a proponer cambios en el modelo de basuras?
Sí. El Distrito tiene la posibilidad de presentar una nueva solicitud ante la CRA con un modelo ajustado. Sin embargo, mientras eso ocurre, lo que rige es la libre competencia, y en ese escenario deberán empezar a operar las empresas interesadas en ofrecer el servicio.
¿Qué viene para los ciudadanos?
En el corto plazo, los bogotanos seguirán contando con el servicio de aseo. Lo que cambiará es la manera en que se organiza el mercado y la posibilidad de elegir operador. Para muchos usuarios puede significar mejores condiciones y más alternativas, pero para otros persiste la preocupación de que haya desequilibrios en la cobertura.
El reto será para las autoridades: deben garantizar que la libre competencia no se traduzca en caos, sino en un servicio más eficiente, universal y de mejor calidad para todos.
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