En el escenario del comercio colombiano, pocas marcas han logrado permanecer vigentes durante más de ocho décadas conservando su esencia original. Una de ellas es Industria Salsamentaria El Bohemio S. A .S., que con 85 años de historia se ha consolidado como la salsamentaria más antigua de Bogotá y un referente de la gastronomía popular capitalina.
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Historia de El Bohemio, la salsamentaria más antigua de Boglotá
Fundada en 1939 por Pedro Duarte Rubiano, su origen está marcado por la combinación de una salchicha artesanal con una salsa de receta alemana que pronto conquistó a varias generaciones de familias bogotanas. Desde entonces, la compañía ha construido un legado que mezcla tradición, cultura y sabor en un mercado cada vez más competitivo.
La casa matriz de El Bohemio, ubicada en el centro de Bogotá, es reconocida por su valor patrimonial y por haber resistido episodios históricos como el Bogotazo de 1948. Su fachada de estilo republicano con arcos y capiteles se mantiene en pie como símbolo de resistencia y de fidelidad a una propuesta artesanal que ha sabido adaptarse a los cambios del consumo urbano. Esa permanencia en el tiempo se explica no solo por la calidad de sus productos, sino también por una estrategia centrada en la lealtad de sus clientes, quienes han transmitido la tradición del consumo de la salchicha Bohemio de generación en generación.




Cifras de El Bohemio y proyectos a futuro
El desempeño reciente de la compañía refleja esa fortaleza. Según el Mapa Nacional del Retail 2024 elaborado por Mall & Retail, El Bohemio registró unas ventas de $ 1.849 millones con un crecimiento del 5,95 %, lo que demuestra su capacidad de consolidar ingresos estables dentro de un entorno macroeconómico desafiante. Aunque su escala de ventas no se compara con la de las grandes cadenas de alimentos o de retail masivo, el valor de la marca radica en su especialización y en el arraigo cultural que ha construido en Bogotá. Esta combinación le ha permitido mantenerse vigente en un mercado en el que predominan la estandarización y la búsqueda de precios bajos.
Cada año se consumen cerca de 2,4 millones de salchichas Bohemio, lo que equivale a más de 6.500 unidades diarias. Para 2025, la empresa proyecta llegar a 2,7 millones, impulsada por la fidelidad de sus clientes y la preferencia por su receta tradicional.
Su sede en el centro concentra alrededor de 130.000 unidades mensuales y los días de mayor consumo siguen siendo viernes y sábados, cuando los bogotanos incluyen este producto en asados familiares o celebraciones sociales. La estacionalidad también juega un papel relevante: en diciembre las ventas se duplican y el 60 % corresponde a productos navideños como pavo, lomo, pernil y costilla, lo que refuerza su posición en la categoría de carnes procesadas y preparaciones especiales.
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Aunque la salchicha y la salsa Atavaska representan el corazón de la marca, en los últimos años otros productos han cobrado protagonismo. La longaniza y la hamburguesa Rock Pop son ejemplos de cómo la compañía ha sabido innovar sin traicionar su identidad. Las combinaciones de salchicha, Rock Pop y gaseosa se han convertido en favoritas entre los consumidores bogotanos, reforzando el vínculo de la marca con la cotidianidad y la gastronomía popular. Esta diversificación no solo amplía su portafolio, sino que también le permite captar nuevos segmentos y adaptarse a los hábitos de consumo de las nuevas generaciones.
El reto de El Bohemio consiste en mantener vivo el equilibrio entre tradición e innovación. Como lo afirma Juan Duarte, director de Planta y Desarrollo Productivo, la misión de la empresa es honrar la receta artesanal creada por su abuelo, mientras se innova para responder a las demandas actuales. Esta visión resulta clave en un contexto donde el ‘retail’ colombiano se transforma rápidamente, marcado por el crecimiento de formatos de bajo costo, el auge del ‘hard discount’ y los cambios en la relación de los consumidores con los centros comerciales, espacios que hoy priorizan la experiencia sobre la compra de productos físicos.
Frente a estas dinámicas, marcas tradicionales como El Bohemio tienen la oportunidad de fortalecer su valor diferencial a través de estrategias de marketing emocional, reforzando su rol como parte de la identidad bogotana y potenciando su presencia digital. Más allá de ser un producto de consumo, El Bohemio puede posicionarse como una experiencia gastronómica ligada a la memoria afectiva de la ciudad, lo que le permitiría mantenerse relevante incluso frente a la competencia de precios bajos y a la homogenización del mercado.
La historia de El Bohemio evidencia que la permanencia en el retail no depende únicamente de la escala o del músculo financiero, sino de la capacidad de construir un relato auténtico que conecte con el consumidor. Su trayectoria enseña que la tradición puede ser una ventaja competitiva si se combina con innovación y adaptación. Así, la salsamentaria más antigua de Bogotá sigue ocupando un lugar privilegiado en la mesa de los capitalinos, demostrando que en un mercado cambiante todavía hay espacio para las marcas que representan cultura, memoria y sabor.
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