Escrito por:  Redacción Bogotá
Ago 9, 2025 - 7:24 pm

Los eventos ocurridos en la noche del miércoles 6 de agosto en el Movistar Arena de Bogotá, previos al concierto de la banda argentina Damas Gratis, han despertado una ola de preocupación en la ciudad.

(Vea también: “Habría sido atropellado”: dan detalle sobre persona que murió tras desmanes en ‘show’ de Damas Gratis)

@pulzocolombia Pelea en concierto de Damas Gratis en el Movistar Arena de Bogotá #bogotá #damasgratis #movistararena ♬ News, news, seriousness, tension(1077866) – Lyrebirds music

Lo que prometía ser una noche de música y celebración se transformó en un escenario de violencia, con riñas entre barristas de equipos de fútbol locales, heridos y, trágicamente, una persona fallecida.

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Según la versión oficial proporcionada por el Distrito, a través del secretario de Gobierno, Gustavo Quintero, los organizadores del evento no solicitaron el apoyo de la Policía Nacional para reforzar la seguridad interna, un detalle que, de haber sido atendido, podría haber evitado o mitigado los desmanes que se presentaron.

Esta omisión ha sido destacada como un elemento central en el análisis de los hechos, subrayando la responsabilidad de los promotores privados en garantizar la integridad de los asistentes.

Quintero, en declaraciones a Blu Radio, fue enfático al explicar la dinámica de la seguridad en eventos de este tipo. “Es un evento privado, con vigilancia privada. La Policía solo acude si el organizador lo solicita, y en este caso no se pidió policía antes del concierto”, afirmó el funcionario.

Esta cita resalta una realidad operativa: aunque el Distrito y la Policía emitieron conceptos previos de seguridad, la presencia de uniformados se limitó exclusivamente a las afueras del recinto, sin intervención directa en el interior donde se desataron los disturbios.

De acuerdo con Quintero, esta falta de solicitud policial por parte de los organizadores dejó la gestión de la seguridad en manos de vigilantes privados, cuya capacidad para manejar una multitud agitada resultó insuficiente.

Y es que una intervención temprana de la Policía, con protocolos de requisa y control de accesos, habría podido disuadir las confrontaciones iniciales, evitando la escalada que llevó a daños materiales, lesiones y una muerte lamentable.

Quintero reconoció en la mencionada emisora que se advirtió sobre la necesidad de medidas estrictas: “Advertimos la necesidad de una requisa exigente”, declaró, refiriéndose a los filtros y controles que debían implementarse para prevenir el ingreso de armas o elementos peligrosos.

Sin embargo, estos procesos quedaron a cargo de la seguridad privada, y ahora forman parte de una revisión exhaustiva por parte de las autoridades. La ausencia de policía interna significó que no se contara con el respaldo de fuerzas entrenadas para manejar situaciones de alto riesgo.

La versión del Distrito pone el foco en la responsabilidad de los organizadores al no solicitar apoyo policial, un factor que, según Quintero y las evidencias recolectadas, podría haber cambiado el curso de los eventos.

Esta situación no solo expone vulnerabilidades en la gestión de conciertos con alto potencial de conflicto, sino que invita a una reflexión más amplia sobre la integración de medidas públicas en eventos privados. La investigación en curso buscará esclarecer responsabilidades y prevenir futuras tragedias, mientras la ciudad lamenta la pérdida de una vida y el impacto en la convivencia urbana.

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