El sábado 21 de junio de 2025 quedará marcado en la historia como el día en que Estados Unidos orquestó un ataque militar estratégico contra instalaciones nucleares iraníes. En un discurso desde la Casa Blanca, el presidente Donald Trump confirmó que las instalaciones en Fordow, Natanz e Isfahán fueron “total y completamente destruidas”. Dicha maniobra, catalogada por Trump como un “éxito militar espectacular”, tenía como objetivo contener el programa nuclear de Irán y conminar al régimen de Teherán a un diálogo por la paz.
Este operativo implicó el uso de la bomba GBU-57, un arma convencional de gran poder destructivo, capaz de alcanzar objetivos subterráneos. Ha trascendido que entre cinco y seis bombas antibúnker se lanzaron desde bombarderos B-2. Además, se dispararon aproximadamente treinta misiles Tomahawk desde submarinos y destructores situados a unos 640 kilómetros de distancia. Todo esto acompañado por el respaldo de algunos navíos de la Marina estadounidense.
Desde la Casa Blanca, el presidente Trump calificó a Irán como “el matón de Oriente Medio”. En su discurso, Trump recordó ataques anteriores perpetrados por el régimen iraní contra Estados Unidos e Israel.
“Nuestro objetivo era la destrucción de la capacidad de enriquecimiento de Irán y detener su capacidad nuclear”, aseguró el presidente Trump, y aseguró que las “instalaciones nucleares de Irán fueron destruidas”. Sin embargo, el mandatario estadounidense también advirtió que “los ataques futuros sean peores y mucho más fáciles”, dejando claro que están dispuestos a seguir con este método de guerra.
“Esto no puede seguir. O habrá paz o habrá tragedia para Irán; mucho mayor a la vista en los último días. Recuerden: hay muchos objetivos que quedan. Los de esta noche eran los más letales, pero si no viene la paz, iremos tras otros objetivos”, dijo.
Estas fueron las palabras del presidente Donald Trump en rueda de prensa:
Asimismo, Benjamin Netanyahu, el primer ministro israelí, elogió la acción al afirmar que fue un ataque “audaz” y un “punto de inflexión histórico” que podría allanar el camino para la paz en Medio Oriente.
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Trump, en su discurso tras el ataque, enfatizó con vehemencia que ninguna otra fuerza militar del mundo sería capaz de realizar una operación de tal magnitud y precisión.
La Organización de Energía Atómica de Irán, que calificó los ataques como “bárbaros”, advirtió que los ciudadanos o militares estadounidenses serán considerados objetivos de guerra en represalia. Además, el régimen iraní remarcó que estas acciones no cesarán sus actividades nucleares a las cuales consideran ejercer como un derecho soberano.
El acontecimiento no sólo fue un punto de inflexión para Irán, sino también para Estados Unidos e Israel, la continuidad de este patrón de presión militar y diplomática claramente contra el programa nuclear iraní subraya la vulnerabilidad y complejidad de este escenario.
En última instancia, este ataque se convirtió en un punto crítico en las tensiones geopolíticas de Oriente Medio. Con Estados Unidos e Israel tomando acciones contundentes para restringir a Irán, el panorama mundial vive momentos de gran volatilidad esperando que los acuerdos diplomáticos puedan llegar antes de una escalada militar.
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