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Abel Eduardo Consuegra Santiago, barranquillero de 32 años, murió cruzando el temido río Bravo, frontera entre México y los Estados Unidos.
Los parientes del hombre contaron que viajó en avión de Bogotá a Cancún, México, el pasado 21 de junio. El día 23 llegó a Monterrey y el 30 arribó a Coahuila, vía terrestre. Todo estaba listo para el 1,° de julio, día en que cruzaría el río y tocaría suelo estadounidense.
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A las 3 de la tarde partió con otras personas para el afluente. No es claro cómo ocurrió, lo cierto es que el río arrastró a las personas, entre ellas a Abel Eduardo, y desde entonces sus familiares no volvieron a saber de él.
La pareja sentimental de Abel, que se quedó en Barranquilla, contó a un medio de esa ciudad que “su sueño siempre fue estar en Estados Unidos, quería trabajar allá y darnos lo mejor. Dicen que es un sueño estar allá, pero ahora me cuentan que eso no es así y menos con lo que estoy viviendo con Abel. Su hijo pregunta todos los días por él”.
La familia del colombiano comenzó a buscarlo, pero no sabía por dónde comenzar hasta que el pasado 25 de julio, un compañero de odisea de Abel, se comunicó con la esposa y le contó que Consuegra estaba muerto. Añadió que ese día el río se llevó a cuatro personas, entre esas una mujer y su hija.
Llamaron a consulados, medios de comunicación y morgues de México y Estados Unidos, donde el hijo del presidente es imputado por compra y posesión ilegal de armas, hasta que semanas después el cuerpo apareció en Houston, Texas.
“Lo tenían en una morgue y lo identificamos por unas fotos que nos mandaron de sus tatuajes”, contó la viuda. Ahora, los allegados buscan la forma de cremar el cuerpo en Houston para repatriarlo lo más pronto posible.
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