La tranquilidad de City Bell, barrio ubicado en la Plata, Argentina, se vio interrumpida este fin de semana luego de que se hallara el cuerpo de una reconocida psiquiatra de 68 años de edad.
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La víctima, identificada como Virginia María Franco, fue encontrada sin vida en su vivienda con aparentes signos de violencia.
De acuerdo con fuentes judiciales mencionadas por medios locales, el hallazgo se produjo luego de que un conocido de la fallecida alertara a las autoridades al notar que la profesional no le contestaba sus mensajes y llamadas.
Al llegar al lugar, el hombre, identificado como Pablo Adrián Bozza, de 47 años, gerente operativo de la Caja de Seguridad Social para los Psicólogos de la Provincia de Buenos Aires, descubrió que la puerta de la casa estaba abierta y, al ingresar junto con la policía, encontró el cuerpo de la psiquiatra en el suelo. Bozza fue detenido temporalmente.
De acuerdo con los primeros informes, el cuerpo de Franco presentaba múltiples cortes en distintas partes del cuerpo, incluyendo lesiones en las manos y un golpe severo en el rostro, lo que sugiere que la mujer se defendió de un presunto atacante.
La autopsia preliminar determinó que la causa de la muerte fue un ‘shock’ hipovolémico. “Tenía un corte profundo en el cuello. Perdió mucha sangre”, informó una fuente judicial al medio TN.
Virginia María Franco era psicóloga, tenía 68 años, la asesinaron en City Bell, La Plata. La puerta de su casa estaba forzada. El cuerpo presentaba golpes y múltiples heridas cortantes. Murió desangrada. Se investiga el hecho y los autores. QEPD Virginia😢#LaPlata #BuenosAires pic.twitter.com/RkF0TUflKZ
— desaparecidas argentina (@desaparecidaorg) November 18, 2025
¿Cuál es la hipótesis de la muerte de la reconocida psiquiatra?
Las circunstancias del crimen aún son materia de investigación. Inicialmente, los fiscales de la UFI N°11, encabezados por Álvaro Garganta, manejaban la hipótesis de un robo que habría salido mal.
Sin embargo, la policía sostiene que no se observaron signos de forzamiento en la puerta ni faltantes de objetos de valor, lo que abre la posibilidad de que la víctima conociera a su agresor, esa es la clave que las autoridades intentan esclarecer.
El barrio y colegas de Franco describen a la profesional como una mujer reservada y respetada en su ámbito laboral, destacando su dedicación en el consultorio que mantenía en pleno centro de La Plata. Su muerte ha causado conmoción y ha generado preguntas sobre la seguridad de los vecinos y la necesidad de esclarecer rápidamente los hechos.
Uno de los mejores amigos de la psiquiatra, Héctor, declaró al medio antes mencionado que “ella jamás le hubiese abierto la puerta a un desconocido”. Según explicó, Franco era una mujer que siempre se preocupaba por su seguridad. “Cuando me pedía recomendaciones, desde un plomero hasta un gasista, les pedía hasta el DNI antes de dejarlos entrar a su casa”, agregó.
Tras el hallazgo del cuerpo de la reconocida psiquiatra, el hombre que la encontró fue trasladado para rendir declaraciones ante la justicia. Luego de varias horas de colaboración, las autoridades determinaron que no se le considera sospechoso, aunque su testimonio resulta clave para reconstruir los hechos.
Las investigaciones permanecen abiertas y se espera que nuevas pericias aporten detalles sobre la dinámica del ataque y la posible participación de terceros. La Justicia busca esclarecer si se trató de un robo que terminó en tragedia o si existía algún vínculo previo entre la víctima y su presunto agresor.
¿Quién era Virginia María Franco?
Virginia Franco, de 68 años, era una profesional ampliamente respetada en el ámbito sanitario de La Plata. Había dedicado gran parte de su vida al sistema de salud pública bonaerense, destacándose en áreas psiquiátricas del Hospital de Romero, uno de los más grandes de la provincia.
Tras jubilarse, continuó activa en su consultorio particular en el centro de la ciudad, donde elegía personalmente a sus pacientes y se mostraba siempre dispuesta a ayudar. Su carrera y trayectoria la convirtieron en una figura reconocida y apreciada tanto por colegas como por pacientes.
Más allá de su labor profesional, Franco mantenía una vida social activa y variada. Se encontraba soltera tras enviudar hace un año y medio, matrimonio en el que no hubo hijos; disfrutaba de reuniones con amigas en cafés de City Bell, lugar donde fue encontrada, participaba en clases de fitness y compartía momentos de amistad y conversación con quienes la rodeaban.
Sus allegados la recuerdan como una persona sencilla, alegre y cercana, que valoraba la compañía de los demás y buscaba mantener un equilibrio entre su vida profesional y personal. “Siempre alegre, contaba sus proyectos y sus viajes. Sin hacer alarde, sin ostentación, con mucha sencillez”, expresó una amiga al diario El Clarín.
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