El detenido admitió esta semana que había sacado intencionadamente del refrigerador esas dosis de la vacuna de la farmacéutica Moderna, que recomienda conservar sus viales (ampolletas) a una temperatura de -20 grados centígrados.

El Buró Federal de Investigaciones, FBI; la Agencia de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA, en inglés) y la Policía local de Grafton están investigando el caso, y todavía no han aclarado qué motivó al farmacéutico a descongelar tantas dosis de la vacuna, cuya efectividad es de más del 95 %.

El farmacéutico se enfrenta a posibles cargos que acarrean penas de cárcel, como los de poner en peligro la seguridad ajena en primer grado, adulterar un medicamento con receta y causar daños criminales a una propiedad.

El exempleado del hospital retiró las ampolletas del refrigerador durante dos noches consecutivas, las del 24 y 25 de diciembre, y fue el sábado 26 cuando el hospital se dio cuenta de que habían estado a temperatura ambiente y las desechó, según el presidente del grupo médico Aurora, Jeff Bahr.

Este es el registro de la noticia:

Vacuna estropeada se les aplicó a 57 personas

Los empleados del hospital administraron 57 de esas dosis antes de darse cuenta del problema, y han notificado a los pacientes que las recibieron de que las vacunas que les suministraron no son dañinas, pero sí pueden ser “menos eficaces o no tener eficacia”, afirmó Bahr en una rueda de prensa.

Bahr no aclaró si esas 57 personas -que según medios locales son probablemente trabajadores médicos del propio hospital- recibirán nuevas dosis de la vacuna, y subrayó que habían despedido al farmacéutico.

El suceso se conoce en un momento en el que los expertos en salud pública están muy preocupados por la lentitud en la implementación de la campaña de vacunación en EE. UU., que comenzó el 14 de diciembre.

Hasta este miércoles, menos de 2,8 millones de personas habían recibido la primera dosis de la vacuna, apenas el 14 % de los 20 millones de estadounidenses que el Gobierno planeaba inmunizar antes de que acabara diciembre.

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Las autoridades sanitarias han reconocido que ese balance es “decepcionante”, y algunos expertos advierten de que, como las vacunas solo deberían almacenarse durante 30 días en los congeladores portátiles en los que se distribuyen, es posible que miles de viales expiren a finales de enero.

“¿Hemos llegado hasta aquí para dejar que las vacunas se nos estropeen en los congeladores?”, se preguntó este viernes el diario The New York Times en un editorial, en el que tachó de “fracaso extraordinario” la posibilidad de que esos viales expiren antes de ser administrados.

La vacuna de Moderna ha mostrado su efectividad y su seguridad, con tan solo algunos casos de efectos secundarios, como el de un médico que presentó una reacción alérgica.